El IVAM sintetiza el lenguaje cotidiano del pop con la obra lúdica e irónica de Lichtenstein
Una gran exposición con 134 piezas reivindica la faceta escultórica del artista americano
Roy Lichtenstein participó en la primera selección de su obra que debía formar parte de una gran exposición que redescubriera su producción escultórica, menos conocida a causa de la enorme difusión icónica de sus famosas composiciones pictóricas. El artista norteamericano murió meses antes de la inauguración en México de la muestra que ayer se presentó en el IVAM, y que supone una síntesis, a través de 134 piezas, del lenguaje cotidiano y del cómic del ideario pop. A todo ello, Lichtenstein añadió su ironía y sentido lúdico en la reinterpretación del arte moderno.
El pintor y escultor de Nueva York (1923-1997) es uno de los principales exponentes del Pop Art. La exposición que ayer se inauguró en el Instituto Valenciano de Arte Moderno es, a su vez, de las más importantes y representativas de la producción del artista. Abarca desde los años sesenta hasta el último año de su vida y reúne esculturas (cerca de ochenta), pinturas y obra gráfica. Hasta el 2 de enero se podrá contemplar en el IVAM. Posteriormente recalará en el Fundación Pedro Barrié de la Vega Conde de Fenosa, en A Coruña, del 27 de enero al 23 de abril.Concebida por el Museo del Palacio de Bellas Artes de México, la exposición explora "un aspecto diferente de lo que normalmente se conoce de la obra de Lichtenstein", comentó ayer el comisario y director del citado museo, Agustín Arteaga, en alusión al trabajo escultórico en el que Lichtenstein dejó impresas sus constantes artísticas con el añadido de poder "jugar con las imágenes planas y tridimensionales".
"Como un juego, y siempre con gran sentido del humor", se planteaba su trabajo, señaló la viuda del artista, Dorothy Lichtenstein, quien destacó su "eterna curiosidad" y los continuos homenajes de su marido a sus artistas favoritos, con los que reinterpretaba la historia más reciente del arte. "Éste es un homenaje a Henry Moore, por ejemplo", dijo mientras se giraba y señalaba la escultura Mermaid (Sirena), realizada en 1978. "Le gustaban mucho sobre todo Picasso, Matisse, Cezanne", agregó.
En la muestra se pueden seguir esas influencias y las de otros artistas como Calder, Dalí, Mondrian o los componentes del Action Painting. De este último movimiento norteamericano, el pintor, que trabajó como diseñador y publicista en Ohio, parodia la gestualidad impulsiva en la serie Brochazos, en la que resalta su elegante y divertido dinamismo. Lichtenstein propone, no obstante, una minuciosa representación de las pinceladas.
De hecho, toda la obra de este aficionado a la música de jazz es una reflexión crítica de la materia de la que está hecho el arte y de la historia de la representación artística. Lichtenstein fue, según subrayó el director del IVAM, Juan Manuel Bonet, uno de los más notables dibujantes y pintores del pop, y el que mejor sintetiza el uso del lenguaje de la civilización de masas, la publicidad y "especialmente ese medio tan de nuestro siglo que es el cómic". Además, Bonet hizo hincapié en las referencias que se pueden encontrar en la exposición a los movimientos geométricos y al art déco norteamericano.
Viñetas
En 1961, Roy Lichtenstein inicia su serie de viñetas en gran formato, en las que el artista emplea los puntos propios de los fotograbados, imitando la trama de impresión en tricromía (rojo, amarillo y azul) con la ayuda de una plantilla perforada, exagerando hasta la desmesura los motivos originales. Introduce también anuncios, envoltorios de helados o golosinas y otros elementos banales de la cultura de masas. Cualquier tema es objeto de reflexión.
Esta especie de lema asumido por el pop está presente también en las sorprendentes esculturas en bronce pintadas en colores vivos, como la serie de lámparas y otros objetos domésticos, que parecen de lejos composiciones pictóricas, debido al juego de diferentes planos.
Pero quizá lo que más llama la atención en la exposición es la relectura moderna de las obras de diferentes y conocidos artistas en una especie de búsqueda lúdica de la complicidad del que mira, que persigue en último término una reflexión compartida.
Encuentro con Warhol 18 años después
La exposición Roy Lichtenstein. Imágenes reconocibles, que ayer se inauguró en el IVAM, coincide con la apertura al público, el pasado lunes, de la muestra Andy Warhol: a factory, en el Museo Guggenheim de Bilbao. No es la primera vez que coincide en España la obra de dos de los principales exponentes del Pop Art. En 1981, la galería Vijande presentó la exposición Cruces y cuchillos en Madrid. No muy lejos, la Fundación March abría sus puertas a la obra de Lichtenstein.Ahora, una generación después del encuentro, cuando ambos ya han fallecido, sus trabajos vuelven a encontrarse, en una coincidencia que ayer fue muy comentada en el IVAM. A tenor de la expectación que ambas exposiciones han suscitado, es fácil concluir que la obra de ambos (Warhol, más cercano a los planteamientos de Duchamp, y Lichtenstein, más interesado por la reinterpretación de la historia del arte) sigue despertando un gran interés.Dorothy Lichtenstein, viuda del artista, recordó ayer que en los años sesenta, tras la inauguración de alguna exposición, Roy Lichtenstein y Andy Warhol solían salir a cenar, junto con un grupo de amigos, siempre al mismo restaurante del barrio de Chinatown de Nueva York. Se veían también en fiestas durante los fines de semana. En Madrid, Warhol, que murió en 1989, llegó a ir también a la cena que ofreció la Fundación March en honor a Lichtenstein. No obstante, nunca llegaron a trabajar en un proyecto conjunto, según comentó Dorothy Lichtenstein.Influencia en EspañaRoy Lichtenstein y Andy Warhol ejercieron una gran influencia en el pop español. Sobre el primero en concreto, el director del IVAM, Juan Manuel Bonet, destacó ayer este hecho en relación a la aparición del importante Equipo Crónica. Formado inicialmente por Manuel Valdés, Rafael Solbes y Joan Antoni Toledo, este grupo valenciano introdujo en España el mensaje y la manera de trabajar de Lichtenstein. Valencia se convirtió entonces, en los años sesenta, en una de las puertas de entrada del pop en España.Dada la situación política del país, el movimiento artístico se impregnó de connotaciones políticas. Muchos de los artistas enrolados en los diferentes grupos del denominado Estampa Popular empezaron a cultivar el arte que acercaba las técnicas de reproducción de la cultura de masas.Manuel Valdés, que ahora reside en Nueva York, recordaba hace unos días esta situación y reconocía la influencia de las imágenes impactantes de Warhol, y sobre todo de la obra de Lichtenstein, que se dio a conocer en Europa en una Bienal de Venecia de principios de los sesenta. El artista valenciano, cuya obra se puede caracterizar también por la relectura de la historia del arte, mencionó el encuentro que mantuvo con Lichtenstein en su estudio de Nueva York. A Lichtenstein le gustaba la obra del Equipo Crónica, del que formaba parte Valdés.
Babelia
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