"Quienes gobiernan tienen experiencia en robar"
"La provincia de Buenos Aires es la madre de todas las batallas", dice Graciela Fernández Meijide, de 68 años, candidata de la Alianza de la oposición para el puesto de gobernadora del territorio de mayor importancia política, económica y electoral de Argentina. Sus aspiraciones apuntaban más arriba, concretamehte a la presidencia de la nación, pero el año pasado fue derrotada en las elecciones internas de la Alianza por Fernando de la Rúa. Dice no sentirse frustrada "para nada" y niega haber aceptado la candidatura a gobernadora con la mirada puesta en la Casa Rosada."Creo que es un error muy grave cuando uno está abocado a una etapa estar pensando por anticipado en otra. [Eduardo] Duhalde es un ejemplo. Yo no vengo de toda una vida política en un partido, en la que uno tiene estas aspiraciones". Admite, sin embargo, que gobernar la provincia de Buenos Aires "es una base fuerte para ingresar en otra etapa de la política argentina".
Nacida en Avellaneda (provincia de Buenos Aires), madre de tres hijos, uno de ellos (Pablo Enrique) detenido y desaparecido durante la dictadura militar, Fernández Meijide actuó como secretaria de denuncias de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep). Nadie puede discutirle un currículo democrático intachable, aunque el presidente Carlos Menem la haya acusado sin pruebas de cobrar sin trabajar o que su rival justicialista, Carlos Ruckauf, le haya llamado anticristiana por estar a favor de la despenalización del aborto. "Terminamos el siglo con los efectos de un Gobierno muy conservador", responde, "con rasgos de modernidad pero con una visión de la política y la sociedad extremadamente conservadora. Esta absurda discusión con que termina la campaña, que ha instalado Ruckauf, parece propia de una película de no sé qué año".
Graciela Fernández se define como una persona progresista. "Nunca tuve una formación política partidista, tendí siempre hacia lo más democrático. He votado desde al socialismo, hasta en su momento a Alfonsín, o incluso antes por Perón y no soy peronista. Soy una demócrata convencida, muy aferrada a la política liberal en serio, a lo político, no a lo económico". Se ve ganadora el próximo domingo, porque estima que los dardos lanzados por sus adversarios pidiendo "el corte de boleta", o con "ataques personalísimos", "no son propios de gente que va ganando". Y agrega: "De alguna manera se explica este nivel de ataques, porque no pueden tener un programa diferente del que están llevando a la práctica. Están gobernando. Aquí ha habido un enroque de candidatos, pero son los mismos". ¿Qué ofrece Graciela Fernández Meijide a quienes le voten? "Ejemplaridad, se acabó el derroche. Voy a terminar con los gastos reservados. He sacado la cuenta: en la provincia de Buenos Aires, muy modestamente, si usted elimina los gastos reservados del gobernador, sus ministros y demás, los gastos de teléfonos celulares [móviles], los gastos de publicidad que el Gobierno utiliza para hacer campañas que no son institucionales. Es la cuenta más elevada después de la de Coca-cola. En estos gastos usted tiene la modesta cantidad de 200 millones de dólares [32.000 millones de pesetas]".
Promete control de gestión y de gastos, "y se va a notar porque en asistencia social en la provincia se gastan 800 millones de pesos al año de los que, con suerte, llegan 400 a la gente". Algunos de sus adversarios le reprochan falta de experiencia política. No duda ni un instante en replicar: "En primer lugar, no me falta experiencia; y a continuación, que tengo una fuerte decisión política. Quienes hacen tal afirmación omiten que fui la primera mujer que condujo en 1996 una asamblea constituyente aquí, que hizo la Constitución entera de la ciudad de Buenos Aires cuando la ciudad obtuvo la autonomía, la hicimos en el plazo de tiempo que teníamos, y, además, devolvimos dinero. Parece que soy buena administradora y conductora".
Fernández Meijide devuelve los dardos: "Quienes han gobernado hasta ahora, y tuvieron su oportunidad, tienen experiencia en robar, en no ser sensibles, con frases como "pobres hubo siempre", "vamos a hacer cirugía sin anestesia", "alguien tiene que sufrir". Esta experiencia, para qué le sirve a la gente". "Le digo francamente: experiencia, uno la hace trabajando y rodeándose de los mejores en cada especialidad".
