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ELECCIONES CATALANAS

CiU se inclina por gobernar en solitario con un mayor protagonismo de Unió Democràtica

Convergència i Unió se siente con la suficiente fuerza y legitimidad para formar Gobierno en solitario y repetir la estrategia parlamentaria de la anterior legislatura que tan buenos resultados le ha dado: pactos puntuales a derecha e izquierda. Los dos líderes de la coalición, Jordi Pujol y Josep Antoni Duran, negociarán esta semana el reparto de poder en el futuro Ejecutivo de la Generalitat, que podría concretarse en la creación de dos vicepresidencias, una para Unió y otra para Convergència. En cualquier caso, el futuro de la coalición va estrechamente ligado a la composición del Gobierno catalán.

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Los resultados definitivos de las elecciones del pasado domingo otorgan a los nacionalistas la máxima flexibilidad de pactos parlamentarios. Acuerdos puntuales tanto con el Partido Popular (PP) como con Esquerra Republicana (ERC). Ayer, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ya se puso en contacto con los secretarios generales de ambos partidos, el conservador Alberto Fernández y el republicano Josep Lluís Carod, con quienes podría entrevistarse en los próximos días.Respeto al juego democrático. Esto es lo que pidieron los dirigentes de CiU a los socialistas. Ello significa que la coalición nacionalista se siente la única fuerza política, con sus 56 parlamentarios, con capacidad para formar Gobierno. Y ésta es la clara intención de CiU, y además en solitario. El líder de Unió, Josep Antoni Duran, encargado ayer en rueda de prensa de ofrecer la primera valoración de los resultados de las elecciones autonómicas, expresó la firme voluntad de CiU de alcanzar acuerdos puntuales con otros partidos, similares a los de la anterior legislatura, a partir de una actitud "dialogante y abierta". Para los nacionalistas, la estructura básica del Parlament sigue siendo la misma que en 1995: CiU obtiene la mayoría absoluta con los votos del PP o los de ERC.

En cualquier caso, no se descartan otras fórmulas de colaboración a partir de los resultados de las próximas elecciones generales de marzo si los populares necesitasen obligatoriamente a los diputados de CiU para gobernar en Madrid. No obstante, Pujol ya ha descartado en esta campaña un pacto de coalición con los populares en Cataluña.

En el seno de la coalición han existido siempre profundas discrepancias sobre los posibles socios de gobierno. El ala más radical de Convergència se inclina por los independentistas de Esquerra Republicana, mientras que los más moderados y los socios de Unió son partidarios de acuerdos con el PP.

Ante el ofrecimiento del secretario general del PP, Javier Arenas, de garantizar la gobernabilidad en Cataluña, Duran comentó: "Hay que ver en los próximos días cómo evolucionan las otras [posibilidades], pero ésta es la que hoy en el papel es la más fácil".

Formación de Gobierno

Los dos líderes de la coalición, Jordi Pujol y Josep Antoni Duran, se reunirán esta semana para concretar la composición del futuro Gobierno de la Generalitat y el reparto de carteras entre Unió y Convergència. En principio, y según los acuerdos de la coalición, a los democristianos les corresponden tres departamentos: Justicia, Enseñanza y Trabajo.

Pujol y Duran están de acuerdo en no prolongar el actual Gobierno hasta las elecciones generales de marzo para no ofrecer una imagen de demasiada dependencia de Madrid y, por tanto, se formará un nuevo Ejecutivo.

Fuentes democristianas apuntaron que Núria de Gispert y Xavier Hernández podrían continuar en los departamentos de Justicia y Enseñanza, respectivamente, mientras que el titular de Trabajo, Ignasi Farreres, dejaría el Ejecutivo tras haber reiterado su disposición a hacerlo.

Los democristianos pretenden incrementar su parcela de poder en el nuevo Gobierno, lo que podría materializarse en la entrada de Josep Antoni Duran. El líder de Unió ya ha tenido un papel destacado en esta campaña apareciendo como el número dos de la coalición, y existe la inequívoca intención de que continúe siendo así.

La fórmula idónea sería la creación de dos vicepresidencias que recaerían en Artur Mas, el número dos de la lista de CiU y delfín de Pujol, y en Duran. Esta solución ya se barajó a finales del año pasado después de que estallara en la coalición la lucha por el segundo puesto. Está descartada la posibilidad de nombrar un conseller en cap (consejero jefe), lo que encresparía los ánimos entre los socios de coalición al considerarse un cargo que conllevaría un derecho a la sucesión de Pujol. Las dos vicepresidencias, por tanto, tranquilizarían conciencias y satisfarían los intereses de los dos partidos de la coalición nacionalista, principalmente los de Unió, ya que Duran ganaría puntos como el virtual sucesor de Pujol. Por su parte, Mas es el preferido por el ala más nacionalista de Convergència para llevar las riendas del partido cuando Pujol decida, finalmente, retirarse.

Aparte de las posibles estrategias políticas que adopte cada partido para reforzarse individualmente, los dirigentes de CiU han trasmitido la orden, entre todos los cargos intermedios, de máxima cohesión. La consigna es cerrar filas hasta que pasen las elecciones generales de la próxima primavera. Así lo hizo Duran durante la campaña electoral y lo repitió ayer en la reunión del comité de gobierno democristiano.

La composición del próximo Ejecutivo catalán está pues indefectiblemente unida al futuro de la coalición, según fuentes de CiU. Desde UDC se descarta una fusión o disgregación de Convergència y se apuesta por configurar un nuevo marco de relaciones, por ejemplo con la unificación de los respectivos consejos nacionales, máximos órganos entre congresos.

La última palabra la tendrán los congresos de los partidos. Por ello Unió ha aplazado el suyo hasta el próximo verano -después de las elecciones generales-. En él deberá decidir sus futuras relaciones con Convergència.

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