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Los nacionalistas no logran evitar que su dominio sea cada vez menor

Tarragona sigue siendo de CiU, pero menos. Con el consejero de Cultura, Joan Maria Pujals, al frente de su candidatura, la coalición nacionalista ya cedió un diputado en 1995 y se quedó con nueve. Esta vez, con la baza de usar a uno de los pesos pesados de la demarcación, el emblemático Joan Miquel Nadal, alcalde de Tarragona -hasta ahora había concurrido a las elecciones generales-, CiU no sólo no ha conseguido dar la vuelta a su tendencia al descenso, sino que ha perdido un escaño más.Para mayor suplicio, y será algo que la oposición no dejará de recordar a Nadal, ha perdido cerca de 4.000 votos en la propia capital tarraconense.

Si los nacionalistas han cedido más de 11.000 sufragios en la provincia, los socialistas se sienten más que satisfechos con unos resultados que nunca antes habían alcanzado en unos comicios autonómicos y que les permiten disponer a partir de ahora de seis escaños en vez de cuatro.

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La pérdida de los convergentes en Tarragona capital es un dato significativo, pero no lo es menos la de Vila-seca, que en las pasadas elecciones municipales se convirtió en la única población indiscutiblemente suya, lo que propició que su alcalde pudiera gobernar con mayoría absoluta. Los socialistas han obtenido ahora en esta localidad mejores resultados.

CiU pierde en El Vendrell

CiU ganó las pasadas municipales en El Vendrell (una de las poblaciones que más ha crecido en los últimos años al integrarse en el segundo cinturón de Barcelona). Esta vez lo ha hecho Maragall.

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De hecho, y de forma contraria a las elecciones de 1995 la comarca en su totalidad se ha decantado por la propuesta de cambio del PSC.

En conjunto, CiU, pese a haber conseguido los mejores balances en las capitales de provincia y las ciudades importantes, ha perdido electorado.

Precisamente, una de las características de estos comicios es que la cesión de votos de los nacionalistas no ha contribuido más que al crecimiento del PSC.

Todos los partidos que concurrían han perdido sufragios y la única formación que los ha ganado ha sido, en efecto, el PSC-Ciutadans pel Canvi-Iniciativa per Catalunya.

ERC y el Partido Popular únicamente han logrado mantener los dos escaños que ya tenían. Mientras los republicanos explicaban que el mantenimiento de los escaños supone una victoria porque habían conseguido resistir la bipolarización, los populares se mostraban satisfechos porque Tarragona se había mantenido en su línea, frente al descenso generalizado del Partido Popular en Cataluña.

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