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Tribuna
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De Cataluña vengo

De Cataluña vengo/ de servir al Rey/ ay ay/ de servir al Rey, decía aquella canción que los niños cantaban al corro cuando entonces. Pero ahora de Cataluña vienen los resultados electorales. Donde se ha observado. Primero, que las coaliciones y los partidos nacionalistas, como Convergència i Unió (CiU) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), para cortejar al votante, reléase la columna del profesor Santos Juliá en EL PAÍS del domingo, y ganar su papeleta procedieron durante la campaña a rebajar los grados de militancia nacionalista más excluyente y a dirigirse a los auditorios en castellano. Una lengua que nadie consideró impropia en esos días. Segundo, que el Partido de los Socialistas de Cataluña había interiorizado las acusaciones de sucursalista y prefería revestirse de algunos de los atributos de sus antagonistas para disimular desatendiendo a quienes hubieran podido movilizarse para darle la mayoría escapada. Tercero, que Julio Anguita morirá políticamente con la pinza en la mano componiendo la nueva figura de Bertran de Duguesclin. Cuarto, que se pueden perder 5 de los 17 escaños y 125.000 votos, es decir un 30%, y proclamar el cumplimiento de todos los objetivos propuestos, como ha hecho el Partido Popular. ¡Quién hubiera dicho que era preciso tan grande sacrificio para una victoria tan completa de las gaviotas!En cuanto se proclamen los resultados oficiales y dejen de bailar los últimos escaños viviremos esos momentos tan apasionantes de los pactos. Comprobaremos, entonces, lo que nos tiene dicho Xabier Arzalluz con un símil zoológico, sobre los ritos de apareamiento de las aves que hinchan el garganchón, mueven las alas y cantan hasta perder el sentido. Después de las lindezas que se han dedicado en las tribunas se impondrá la aritmética de las necesidades. Pero si Jordi Pujol hiciera un pacto de legislatura con el PP, los días de la coalición CiU estarían contados, y si fuera ERC la que procediera de esa manera, dicha formación entrarían en fase delicuescente. Así que la opción más probable en el momento de redactar estas líneas es la de un apoyo del PP a CiU desde fuera. Un apoyo tanto más valioso y recompensado cuando más escaso y necesario. La catalana que ahora se abre será una legislatura a fuego lento con un líder decreciente que ya proclamó su fecha de caducidad.

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El seguimiento de los resultados demostró la insolvencia de las encuestas y el sectarismo de algunos medios electrónicos cuyos nombres es mejor no recordar. Pero al final los datos se impusieron y recibieron el reconocimiento de todos. De modo que antes de la medianoche incluso Radio Nacional se vio desbordada y fue incapaz de acallar el triunfo indiscutible de Alberto Fernández, que, sin dolerles prendas, proclamaban sus mejores comentaristas invitados. Eso sí, el cara a cara del socialista Ernest Lluch y del popular Alejo Vidal Quadras, ofrecido por José María Calleja en CNN+, fue uno de los más lúcidos ejercicios de toda la jornada y una buena prueba del interés suscitado cuando en estas ocasiones los interlocutores mantienen un mínimo de distancia crítica hacia sus propias formaciones de procedencia. En algunos momentos la escena del debate parecía igualar los aciertos de la película Una terapia peligrosa, de Robert de Niro.

Y es que si aceptamos que las bicicletas son para el verano, debemos reconocer también que los medios electrónicos muestran su máxima superioridad precisamente en noches electorales, bodas de infantas o desfiles militares, por citar sólo algunos momentos festivos. Desde luego, el del 12 de octubre ofreció la particularidad de la gabardina del presidente del Gobierno, José María Aznar. Asombra que no se desprendiera de ella después de comprobar que en la tribuna era el único enfundado en semejante prenda. Pero es que hay un principio según el cual en estos casos las autoridades nunca deben tener más protección contra los agentes de la intemperie que la brindada a las tropas que participan. El aire y la lluvia del desfile suscitarían otras consideraciones sobre por qué tantos brigadas al mando de secciones en lugar de los oficiales correspondientes y por qué TVE alternaba los subrayados de algunas unidades, que consideraba únicas en el mundo, con los encarecimientos de que otros soldados se habían incorporado a filas apenas 15 días antes. Así, el oyente daba en pensar en la improvisación característica.

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