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243 agentes contra el ciberterrorismo

Hace un año, EE UU inauguró el National Infrastructure Protection Center (NIPC) a bombo y platillo, presentándolo como el supercuartel general del FBI para combatir el ciberterrorismo. Las intenciones de que así sea siguen existiendo, pero su capacidad real de detectar los "atentados" informáticos ha quedado varias veces en entredicho. Piratas informáticos de Rusia, Israel, China y EE UU han violado en este año centenares de veces la seguridad de ordenadores en centros neurálgicos del Gobierno norteamericano, desde el Departamento de Defensa hasta la Casa Blanca, la CIA o el propio FBI.

Un informe presentado esta semana por la Oficina de Investigaciones del Congreso (GAO) revela que 22 centros gubernamentales tienen "serias deficiencias de seguridad". La vulnerabilidad se debe, según el director del NIPC, Michael Vatis, a la falta de personal y de medios. Originalmente, de los 11.639 agentes de plantilla del FBI, 243 agentes estarían dedicados exclusivamente a perseguir el ciberterrorismo. En la práctica, sólo 10 de las 56 estaciones del FBI alrededor del país han sido equipadas con personal especializado para ese tipo de delitos, muchos de los cuales no están entrenados para esa tarea, según el jefe del NIPC.

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A las limitaciones de medios se suma también la renuencia del FBI al cambio del sistema de trabajo que los nuevos tiempos requieren. La cooperación con el sector privado e incluso con los hackers es esencial, pero existe desconfianza por ambas partes. El problema es cuando la cooperación se convierte en dependencia de las fuentes externas. Un ejemplo es la relación laboral entre el FBI y la Universidad Carnegie Mellon, cuyo director de informática, Richard Pethia, dice: "Aunque ellos quieren controlar y saberlo todo, nosotros no se lo vamos a revelar, porque si no, no nos volverían a llamar".

Actualmente, el escuadrón antiterrorismo cibernético del FBI tiene abiertos 800 casos. Algunos de ellos son ataques procedentes de China después de que EE UU bombardeara la Embajada en Belgrado durante el conflicto de Kosovo. Otro es la denominada Operación Puesta de Sol, iniciada en febrero de 1998 tras 90 atentados en bases norteamericanas en el área del golfo Pérsico.

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