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El FBI investiga ataques informáticos desde Rusia contra organismos de EE UU

Afectados ordenadores del Pentágono, la NASA, laboratorios nucleares y universidades

Un equipo especial del FBI trata de investigar el origen y el daño causado por la mayor ola de ataques informáticos que han sufrido algunos de los ordenadores con la información más comprometida de EEUU. El seguimiento de las investigaciones ha conducido a piratas ubicados en un solo país: Rusia. Aunque un portavoz del espionaje ruso ha negado que estén implicados sus agentes, el semanario Newsweek ha desvelado que los principales sospechosos son miembros de una academia financiada por el Gobierno ruso y vinculada a laboratorios militares.

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Hay ataques informáticos comprobados y documentados durante los últimos meses en los ordenadores del Pentágono, en las redes del Departamento de Energía, en la NASA, en los laboratorios de investigación nuclear y en las instalaciones de equipos científicos universitarios que trabajan para el Departamento de Defensa de EE UU. Aunque no existe constancia de que se haya robado información catalogada como de "alto secreto", los piratas han copiado archivos de forma selectiva.En una comparecencia ante el Senado, Michael A. Vatis, director del centro especial del FBI para delitos cibernéticos, aseguró que los intrusos robaron "información no secreta pero importante" sobre investigaciones técnicas en cuestiones de defensa.

La investigación del FBI, denominada Moonlight Maze (Laberinto a la Luz de la Luna), trata de descifrar la conexión entre lo que Vatis definió como "una amplia serie de ataques en el Departamento de Defensa, en varios organismos gubernamentales y en redes informáticas del sector privado". Sobre el origen de los ataques, el responsable del FBI dejó en suspense a los senadores del Subcomité Judicial de Tecnología y Terrorismo: "Todo lo que puedo decir es que los ataques parecen tener su origen en Rusia".

Los ataques informáticos han sido especialmente agresivos en la NASA, donde, según un portavoz, ha habido incursiones "masivas" para extraer ficheros y buscar información. En algunos casos, los piratas han llegado a bloquear sistemas enteros y a instalar herramientas casi imperceptibles que les permitían volver a entrar fácilmente en los ordenadores.

Otras fuentes del FBI citadas por el diario Los Angeles Times aseguran que la investigación de los agentes especiales conduce, en la mayoría de los casos, a unos servidores de Internet ubicados a unos 30 kilómetros de Moscú. Los ataques se producen mayormente en días laborables entre las ocho de la mañana y las cinco de la tarde, horario de Moscú, y nunca en fin de semana o festivo.

El semanario Newsweek ha desvelado que los principales sospechosos del FBI son técnicos informáticos de la Academia Rusa de las Ciencias, un organismo financiado por el Kremlin y vinculado estrechamente a los principales laboratorios militares de este país. Según esta publicación, entre la información robada sí que hay materiales secretos, incluyendo sistemas navales de codificación de información y documentos sobre mecanismos de control del rumbo de misiles.

Ayer, los responsables de la inteligencia rusa mostraron cierta indignación sobre las sugerencias que implican su participación en estos ataques. En declaraciones a la agencia Reuters, el portavoz del Servicio Internacional de Inteligencia de Rusia, Borís Labusov, aseguró que sus espías son "suficientemente listos" como para no dejar pistas que conduzcan hacia su país.

"¿Cree usted que nuestro servicio secreto es tan estúpido como para meterse en esas actividades desde Moscú?", se preguntaba Labusov. Rusia admite que los ataques puedan proceder de su territorio, pero recuerda que los servidores de Internet son públicos y que "cualquiera puede conectarse". La Academia de las Ciencias también ha negado cualquier vinculación con los ataques que investiga el FBI.

Piratas cualificados

Expertos en inteligencia aseguran que los autores pueden ser técnicos altamente cualificados contratados por organizaciones criminales rusas para conseguir información que luego pueda venderse a los Gobiernos interesados. Lo que el FBI deja claro es que el perfil de los autores no responde al clásico adolescente, erudito informático, encerrado en su habitación.Aunque desde hace unos meses ha disminuido el volumen de ataques, el FBI sospecha que algunas de las invasiones actuales están pasando inadvertidas. Decenas de agentes están destinados a la investigación de lo que un senador republicano denominó "un Pearl Harbour electrónico". El representante del FBI aprovechó su comparecencia en el Senado para pedir más medios para la unidad que investiga estos delitos y para expresar su temor de que el peligro informático no esté en el robo de información, sino en la introducción de virus en las redes del Gobierno.

Michael Vatis reveló que el FBI actuó hace algunos años contra una red de piratas informáticos que robaba información desde la antigua RFA y se la vendía al KGB. La operación, denominada Cuckoo"s Egg (El Huevo del Cuco), se desarrolló entre 1986 y 1989 y acabó con un constante expolio de material procedente de EEUU, Japón y varios países europeos.

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