Brasil y Argentina cierran un acuerdo en papel y calzado que alivia su enfrentamiento comercial

Brasil y Argentina han alcanzado en menos de 24 horas un acuerdo sobre las exportaciones brasileñas de calzado y papel que alivia las diferencias comerciales que arrastran y que ha puesto en serio peligro la existencia del bloque comercial Mercosur. Esta súbita pacificación, sin embargo, no ha calmado totalmente a los industriales de ambos países. Tampoco la cancillería brasileña, que respondió con inusitada dureza a las medidas restrictivas adoptadas por Argentina, se declaró convencida de que la crisis haya terminado. Quedan todavía algunos sectores como automoción, acero y lácteo en los que limar diferencias.

En Montevideo, en la tarde del miércoles, representantes de los cuatro países que forman el Mercosur (Paraguay, Uruguay, Brasil y Argentina) firmaron un documento preparado con base en el acuerdo logrado por el sector del calzado brasileño y argentino. Por ese acuerdo, Brasil exportará, hasta final de año, 1.700.000 pares de calzados, repartidos en dos cuotas de 640.000 pares (octubre y noviembre) y otra de 340.000. Brasil pedía, como mínimo aceptable, dos millones de pares de calzado este año. Los argentinos, por su parte,rechazaban cualquier cantidad superior a un millón de pares. La cota final permitirá que Brasil exporte, en 1999, casi la misma cantidad de calzados exportada el año pasado: 10.900.000 pares, contra 11 millones en 1998. El resultado supera las exigencias iniciales de Argentina, pero sitúa el sector por debajo de las expectativas brasileñas: los fabricantes locales tenían contratadas ventas por 13 millones de pares, y esperaban poder llegar a 17 millones.El presidente de la Cámara del Calzado de Argentina, Carlos Bueno, resumió el clima de las discusiones: "Lo mejor para Argentina sería no importar ningún par de zapatos. Lo mejor para Brasil sería vender 20 millones de pares por año a Argentina. El acuerdo es malo para las dos partes". El vicepresidente de la Asociación Brasileña del Calzado contestó en el mismo tono: "Los fabricantes argentinos deberían hacer lo mismo que los brasileños hicieron hace tres años: modernizar sus industrias y buscar ganar en competitividad. La culpa no es nuestra".

Superado ese primer obstáculo, que motivó durísimas reacciones por parte de la cancillería brasileña -Brasilia llegó a anunciar que 400 productos argentinos perderían los beneficios del régimen especial aplicado a los socios del Mercosur-, ayer fue el turno del papel. Un acuerdo entre productores de los dos países permitirá la importación, por Argentina, de 5.000 toneladas mensuales de papel y celulosa brasileña de ahora a fin de año. La misma cuota sería respetada a lo largo del año que viene. En contrapartida, el Gobierno argentino anulará las medidas restrictivas, no tarifarias, impuestas hace dos semanas a las exportaciones brasileñas de papel.

En el primer semestre de 1999, Brasil exportó papel y celulosa por valor de 128 millones de dólares a Argentina, registrando una baja de un 12% en relación a las exportaciones en el mismo periodo de 1998.

El Gobierno de Brasil insiste en rechazar que medidas sectoriales sean encaradas como regla común, al contrario de lo que pretenden Argentina. En todo caso, diplomáticos, funcionarios y empresarios de los dos países admitían que la tensión ha aflojado mucho, y que después de varias semanas "dando decisivos pasos hacia atrás llegamos por fin a avanzar otra vez", según afirmó un diplomático en Brasilia la tarde de ayer. El embajador brasileño en Buenos Aires, Sebastião do Rego Barros, fue rotundo: "Ha sido una evolución muy positiva", pero agregó que no iría a "correr el riesgo de afirmar que los acuerdos representen el fin de la tensión".