Klaus Wagenbach afirma que las nuevas 'Obras Completas' de Kafka "añaden exactitud"
El editor alemán presenta la traducción al castellano de los cuatro tomos que dirige Jordi Llovet
El editor alemán Klaus Wagenbach, uno de los kafkólogos más reputados, no lo dudó y ayer, en la presentación en Barcelona de las Obras Completas de Franz Kafka en una nueva edición crítica publicada por Galaxia Gutenberg, aseguró que "la edición filológicamente correcta de las obras de Kafka potenciará una nueva y más exacta lectura". Wagenbach es el autor de una biografía del escritor de El proceso que recoge el primer volumen de las Obras Completas, que se ha empezado a publicar en cuatro volúmenes, respectivamente dedicados a las novelas, diarios, narraciones y correspondencia.
Los traductores a los que se ha encomendado la tarea de verter al castellano los libros de Kafka son algunos de los considerados mejores en esa tarea: Jordi Llovet, que además dirige el proyecto; Miguel Sáenz, Juan José del Solar y Andrés Sánchez Pascual.El primer volumen comprende El proceso, El castillo y la novela americana de Kafka, erróneamente titulada hasta ahora Amérika y que aquí recobra el título que el autor confió a varios amigos que pensaba ponerle, Der Verschollene, en castellano El desaparecido. Éste es el volumen que menos variaciones presenta sobre el Kafka conocido por las numerosas ediciones anteriores en castellano. Kafka dejó inconclusas y por supuesto inéditas las tres novelas (en una carta incluso menciona el proyecto de ir añadiendo capítulos a El desaparecido, para convertirla en una novela infinita). La edición de Galaxia Gutenberg, que sigue escrupulosamente los manuscritos, redistribuye los capítulos tal como estaban antes de que Max Brod, amigo y albacea del escritor, los reordenase y retitulase para la publicación. El volumen incluye, además del citado texto biográfico de Wagenbach, el ensayo Franz Kafka, revalorado, de Hannah Arendt, publicado en la revista The Partisan en 1944.
El ambicioso proyecto editorial, que empezó a gestionarse hace ocho años y ha tenido que sortear numerosas dificultades, fue presentado ayer en la sede de la editorial por Jordi Llovet, director de la edición, que afirmó, sólo a medias y en broma: "Esta edición es, aunque les parezca tal vez exagerado, la mejor del mundo, pues la de La Pléiade es ciertamente muy buena, pero está basada en las ediciones manipuladas por Brod; la nuestra, en cambio, sigue a la canónica alemana de Fischer de 1982, a la que incorpora materiales filológicos que en Alemania, donde hay una gran tradición de estudios kafkológicos, sobrarían".
Wagenbach, autor de un ensayo traducido el año pasado al castellano, La Praga de Kafka, y del libro de fotografías sobre el autor Franz Kafka. Imágenes de su vida, editado también por Galaxia Gutenberg, explicó los avatares del lento descubrimiento y las diversas interpretaciones de la obra de Kafka. Wagenbach se preguntó lo que para un filólogo alemán (pero no para uno español) es una rareza: "¿Cómo es que un autor preeminente que fallece en 1924 no cuenta hasta 1982 con una edición crítica de su obra?". "En vida de Kafka", explicó, "sólo se editaron siete delgados libros, que no alcanzaron un gran éxito. El primero de ellos, Contemplación, de 1912, que reunía prosas breves, tuvo una edición de 800 ejemplares que tardaron 12 años en agotarse".
El ascenso en 1933 del nazismo al poder, que Kafka, fallecido en 1924, tuvo la suerte de no presenciar (sus hermanas y la mayor parte de su familia, como la mayoría de la población judía de Praga, fueron asesinados en los campos nazis de exterminio), vetó la difusión de sus obras en alemán hasta después de la II Guerra Mundial. La supervivencia de las mismas gracias a su albacea Max Brod pasó por ediciones inglesas y norteamericanas, a través de las cuales, y con los elogios de la revista surrealista Minotaure, los análisis elogiosos de Breton y del maître-à-penser Jean Paul Sartre, Franz Kafka volvía al mundo germánico.
Babelia
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