EE UU abrirá un centro para combatir el terrorismo biológico y 'alimentario'
Alarmado por lo que la Administración Clinton considera como la mayor amenaza de terrorismo biológico hacia las provisiones de alimentos de EEUU, el Departamento de Agricultura norteamericano busca fondos para convertir el actual Centro de Enfermedad Animal de Plum Island, isla situada a poco más de un kilómetro de Long Island (frente a las costas de Nueva York) en un laboratorio de alta seguridad donde se puedan estudiar ciertas enfermedades de alto riesgo y peligro tanto para los seres humanos como para los animales.El Departamento de Agricultura ya opera en Plum Island investigando temidas y mortíferas enfermedades animales como la peste porcina africana. Este año, tal departamento solicita unos 75 millones de dólares (cerca de 12.000 millones de pesetas) y otros 140 para los próximos dos años, para que el centro pueda ser habilitado para el estudio de ciertas enfermedades animales que amenazan seriamente la salud de las personas.
Según algunos responsables de Agricultura, la eventual expansión de Plum Island es parte de un nuevo esfuerzo de la Administración Clinton para impedir una posible propagación, por parte de terroristas, de bacterias que puedan destrozar los cultivos y el ganado norteamericano, y que en última instancia persiguen fines políticos o lucrativos. Hoy día, esa amenaza podría tener también como objetivo a los seres humanos.
"No se trata de los alimentos en sí mismos. Los estadounidenses no se morirían de hambre si fueran atacados", declara Floyd P. Horn, administrador del Servicio de Investigación Agrícola. "Sin embargo, un ataque de esa naturaleza, o incluso una amenaza que fuera creíble, desestabilizaría seriamente la infraestructura económica y social de EE UU durante semanas, tal vez durante meses o años".
Alcance de la amenaza
El alcance de la amenaza que supone el agroterrorismo sigue siendo discutido, incluso por la misma Administración Clinton. Algunos científicos y expertos en terrorismo expresan sus dudas sobre que los supuestos terroristas pudieran atacar a la agricultura o al ganado norteamericano. Pero ciertos informes de los servicios secretos concluyen cada vez con más frecuencia que varios países, entre ellos Irak, han desarrollado bacterias para atacar los abastecimientos de alimentos de sus adversarios. Algunos altos cargos del Departamento de Agricultura creen que el brote epidémico que se produjo hace 14años en México, muy cerca de la frontera con Tejas, por un parásito que afecta tanto a las personas como a los animales, fue diseminado deliberadamente por un grupo de trabajadores que estaba empleado en un programa de erradicación de este parásito ante el temor de perder su trabajo.
"Antes había más de 10.000 ciudadanos rusos trabajando sobre agentes patógenos en el antiguo programa militar sovietico", asegura Ken Alibek, un bacteriólogo ruso que desertó a EEUU en 1992, y autor del libro BioHazard, en el cual describe las proporciones de la ofensiva bacteriológica ilegal de la antigua URSS.
Muchos de esos científicos se encuentran hoy día sin trabajo. Varios investigadores rusos aseguran que algunos iraníes les habían visitado ofreciéndoles importantes sueldos para que trabajasen en Teherán, y que manifestaron especial interés en la investigación bacteriológica.
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