_
_
_
_

Un escaparate para realizaciones poco conocidas

Maribel Marín Yarza

El Festival de Cine de San Sebastián se enfrenta a uno de los retos más evidentes de los últimos años; su traslado parcial del teatro Victoria Eugenia al Palacio de Congresos y Auditorio del Kursaal diseñado por Rafael Moneo. La dirección del certamen asume con serenidad cualquier riesgo; los cambios organizativos, la utilización de un complejo que todavía requiere más de un retoque o la inclusión de películas de realizadores extranjeros poco conocidos en los circuitos comerciales españoles.Este año -se bromea con que se ha convertido en costumbre-, también participará una película iraní en competición; The Red Ribbon, de Ebrahim Hatamikia, un veterano director que, sin embargo, pisa por primera vez San Sebastián. Será uno de los protagonistas de un mestizaje cinematográfico que permitirá conocer Xizhao, trabajo de Zhang Yang, una joven promesa del cine chino, o la propuesta realista de Antonio Pedro Vasconcelos en Jaime. Este filme, ambientado en Oporto, retrata la vida de un niño que trata de sobrevivir con dignidad en Oporto. The Crossing, film holandés de Nora Hope; Cést quoi la vie?, de Francois Dupeyron y Under the Sun, de Colin Nutley, completan la sección competitiva provisional.

Más información
Martha Fiennes dirige a su hermano Ralph en el filme que clausurará San Sebastián
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_