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CATÁSTROFE EN TURQUÍA

El seísmo conmueve a los viejos enemigos de Turquía

Juan Carlos Sanz

Enfrentada con casi todos los países vecinos, la mayoría de los cuales sufrieron en el pasado la dominación del Imperio Otomano, y desairada por los reiterados portazos de la Unión Europea (UE), que desoye sus peticiones de adhesión, Turquía se ha visto sorprendida ahora por la ayuda internacional recibida para las víctimas del terremoto del martes."Los griegos llegaron entre los primeros", confesaba ayer a este enviado especial un diplomático turco, "ha sido un gesto importante y muy apreciado". Atenas, rival de Ankara en las disputadas aguas del mar Egeo y en la dividida isla de Chipre, reaccionó con inusual celeridad ante la tragedia sufrida en el noroeste de Anatolia. "Las diferencias no van a ser erradicadas de inmediato, pero este siniestro puede ayudar a mejorar el clima de las relaciones bilaterales", admitía a la agencia Reuters un portavoz del Ministerio de Exteriores griego.

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Grecia, que va a enviar 150 casas prefabricadas a la zona, ha creado un puente aéreo para transportar la ayuda de la Cruz Roja helena y los 30 millones de toneladas de alimentos recogidas en todos los municipios del país. La Fuerza Aérea griega, que en más de una ocasión ha estado a punto de enfrentarse con la turca, es la responsable de esta operación humanitaria.

Solidaridad búlgara

Ha sido necesaria una catástrofe natural para que los dos vecinos, y teóricos aliados militares en el seno de la OTAN, comiencen a dejar de darse la espalda. Incluso el Gobierno grecochipriota, que no mantiene relaciones diplomáticas con Ankara desde la ocupación militar turca del norte de la isla, en 1974, ha ofrecido su ayuda. Bulgaria ha aumentado su suministro eléctrico a Turquía, al tiempo que enviaba equipos médicos y de rescate.Para muchos turcos, a quienes la propaganda oficial ha repetido que el "club cristiano" de la UE no quiere tener nada en común con un país musulmán, la presencia de los grupos de salvamento europeos en las ciudades más devastadas es un claro signo de solidaridad.

Hasta el "enemigo público número uno" de Turquía, el líder de la guerrilla kurda, Abdalá Ocalan, ha ofrecido sus condolencias al pueblo turco. Sus abogados confirmaron ayer que Ocalan, encarcelado en la isla-prisión de Imrali (en el mar de Mármara, a 120 kilómetros del epicentro del seísmo) y condenado a muerte por un tribunal turco, se encuentra sano y salvo. "Comparto la emoción y el dolor , y todos debemos hacer lo que esté a nuestro alcance para mitigar su sufrimiento", rezaba un mensaje del líder kurdo transmitido por sus letrados. Muchos presos kurdos se han ofrecido a donar sangre en las cárceles turcas.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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