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La necesidad de diseccionarse

Además de los historiadores, un grupo de destacados intelectuales ha pasado por el curso que dirige Javier Tusell. El periodista Eduardo Haro Tecglén, el escritor José Manuel Caballero Bonald y el actor y director Adolfo Marsillach comparten la decisión de haber escrito autobiografías en las que dan a conocer su propia memoria de los acontecimientos. Marsillach -Tan lejos, tan cerca (Tusquets)- llegó a Santander con ganas de hablar. "Probablemente obedezca a un autoengaño, pero fue una absoluta necesidad. Yo sentí la apetencia de mirarme, de hacer una disección, desde luego con un punto de exhibicionismo; he querido abrirme en canal", relata.Eduardo Haro también paseó su Niño republicano por la Menéndez Pelayo. "No recuerdo el jardín de mi casa, pero recuerdo con absoluta precisión mi bautizo, lo que es del todo imposible. Mi madre y mi padre fueron mi memoria", analiza el escritor.

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El escritor José Manuel Caballero Bonald tampoco quiso perderse el curso. En su concepción, "las memorias son un género de ficción" porque resulta imposible recordar con precisión los acontecimientos de toda una vida. "Los espacios que no puedo descifrar o que se han borrado, los cubro con ficciones. La verdad o la sinceridad no son nada en literatura", dice el escritor.

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