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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Tragedia turca

EL TERREMOTO que sufrió Turquía noroccidental en la madrugada del martes se perfila como una de las mayores catástrofes naturales habidas en Europa en muchas décadas. Ayer, las estimaciones sobre la cifra de muertos superaba los 4.000, la de heridos sobrepasaba los 19.000 y eran imposibles de cuantificar los desaparecidos. Son sobrecogedoras las imágenes que llegan de las costas del mar de Mármara, región muy visitada por los turistas que viajan a la cercana ciudad de Estambul. Ayer aún se lograba rescatar a muchas víctimas atrapadas bajo toneladas de escombros. Y son muchos los que se supone que puedan hallarse en una terrible agonía entre las ruinas. Por eso la ayuda internacional para el salvamento es de extrema urgencia. Y hay que aplaudir la rápida reacción internacional en el envío de equipos especializados, entre ellos bomberos españoles, algunos de los cuales ya estaban ayer sobre el terreno.La violencia del seísmo ha destruido miles de casas y gran parte de la infraestructura de la región. Los hospitales están saturados y muchos heridos están siendo enviados hasta Ankara por la imposibilidad de tratarlos en la zona afectada. Después de la más inmediata labor de rescatar a las víctimas y tratar a los heridos, llegará en los próximos días el terrible momento del entierro de esos miles de turcos de todas las edades y condiciones que murieron mientras dormían.

Más información
El número de muertos por el terremoto del martes es superior a 4.000

En un año plagado de catástrofes naturales, ahora es Turquía la que está de luto, y los europeos han de mostrar toda su solidaridad y apoyo. En los últimos tiempos, diversos avatares políticos habían provocado un distanciamiento entre Turquía y Europa occidental. En la opinión pública turca había surgido un sentimiento de agravio y recelo. Es el momento de demostrar que cualquier diferencia es insignificante cuando se trata de socorrer a las víctimas de semejante catástrofe. La región damnificada es una de las más desarrolladas del país, por lo que los efectos sobre la economía turca van a ser muy serios. También en la reconstrucción tendrá que contar este país con la ayuda de los europeos. Pero ahora se trata de salvar vidas en la carrera contra el tiempo, y Turquía ha de comprobar que toda Europa está con ellos.

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