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Reconstruido después de cuatro siglos el coro de piedra de la catedral de Santiago

La visita de la Reina abre al público la obra del Maestro Mateo

La necesidad de dar relevancia al sitio del obispo, dictada por el concilio de Trento, motivó la destrucción en el siglo XVII del coro de piedra realizado cuatro siglos antes por el Maestro Mateo en la catedral de Santiago. Contrapunto formal del Pórtico de la Gloria, su piedra labrada y policromada fue reemplazada por un conjunto de madera y transformada en material de construcción y pavimentación. La Fundación Barrié ha rescatado ahora algunas de sus piezas para reconstruir el singularísimo monumento que la reina doña Sofía visitó ayer.

Los promotores de la recuperación del coro pétreo del Maestro Mateo la presentan como el gran acontecimiento cultural del Xacobeo 99. Fue construido en torno al 1200 como símbolo de la "Nueva Jerusalén del Cielo". Era un espacio reservado a los clérigos, lo cual justifica la perdurable expresión "oír misa": la estructura cerrada de estas arquitecturas en la nave central del templo impedía a los feligreses ver los rituales que se desarrollaban en el altar y en el propio recinto coral.El coro construido por el taller del Maestro Mateo, conjuntamente con el Pórtico de la Gloria y otras intervenciones encargadas en 1168 por Fernando II, constaba de 36 sitiales de granito y ocupaba los cuatro tramos iniciales de la nave central de la catedral; los tres primeros correspondían a la sillería, y el cuarto, al leedoiro. Para sus motivos escultóricos, los canteros se inspiraron en los bestiarios medievales a los que daban contrapunto los cantos de alabanza al Creador, que tienen su expresión máxima en el Pórtico de la Gloria.

Sillería alta y baja

En el coro tenían sitio los 72 miembros del cabildo compostelano, repartidos en sillería alta y baja. No había mayores distingos de rango y autoridad en los sitiales, y durante siglos fueron los coros escenarios de frecuentes trifulcas entre los miembros del cabildo, que sólo aceptaban a regañadientes correrse de asiento para que su obispo ocupara un sitial de preferencia en la sillería alta. El concilio de Trento (1540-1563) prohibió el acceso de mujeres y refrendó la autoridad de los obispos al proclamar que en todas partes se había de tributarles "aquel honor que es debido a su dignidad, y ocupen el asiento y el lugar que ellos mismos eligieren". Fue el principio del final de la obra del Maestro Mateo.Un arzobispo que quería contar con sitial propio en el centro del coro, Juan Clemente, decidió modificarlo y, finalmente, derribarlo en 1603. El hallazgo fortuito de fragmentos del coro pétreo de Mateo se produce en torno a 1900. Estas piezas habían sido utilizadas como material de relleno de la escalinata del Obradorio.

En 1978 se produjo el hallazgo más numeroso e importante al efectuar obras en la logia y tramos superiores de la escalinata del Obradoiro. La última pieza se rescató hace diez años. Con este trato y trajín, pocas son las esculturas que se han conservado sin algún grado de amputación. En 1995, la Fundación Barrié se comprometió a reconstruir una parte de la sillería alta, 17 sitiales en total, cuya arquitectura se muestra en una sala acondicionada al efecto en la Buchería, la cual visitó ayer doña Sofía antes de abrirla al público.

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