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El dominio de las caravanas del oro

"Como saharianos, llevaban un velo sobre el rostro para protegerse de las tormentas de arena. Montaban caballos y camellos y se protegían con resistentes escudos de cuero de lamt, una especie de gacela del desierto. Sus soldados de infantería, alineados en varias filas, iban armados con largas picas y venablos. En el combate se mantienen inmóviles como montañas", cuenta el historiador marroquí Hamid Triki. Son los Al-morabitun, almorávides, las tribus del oeste sahariano que, animadas por un ideal religioso (difundir el Islam) y con la voluntad de dominar la ruta de las caravanas del oro, crearon en el siglo XI un imperio que se extendería desde Argelia a las inmediaciones de Toledo, dominando Marruecos y el oeste de Sáhara hasta las orillas del Senegal. Hasta principios del XIII, el Magreb y Al-Andalus fueron un territorio común, sin fronteras, con un mismo idioma. Un solo país con un corazón: Marraquech. Para difundir ese pasado común y contribuir a un mejor entendimiento entre las dos orillas del Mediterráneo, la Fundación El Legado Andalusí y la Consejería de Cultura han creado el Itinerario Cultural de Almorávides y Almohades, un proyecto de cooperación con Marruecos que entre, otras actividades, incluye la publicación de un libro -editado por Equipo 28- con una tirada de 2.000 ejemplares en castellano y 1.000 en francés. "Se pretende explicar el papel de las dinastías magrebíes durante su estancia en España y Portugal y las influencias recíprocas entre Al-Andalus y el Magreb. No es sólo una relación de monumentos, sino que se habla de las relaciones humanas y comerciales, de lo que fue la vida en ese espacio común", dice Jerónimo Páez, asesor del Legado Andalusí, quien lamenta el olvido al que ha sido relegada la civilización de los almorávides y los almohades en la enseñanza. "Durante muchos años, la etapa hispanomagrebí ha sido negada; se la ha considerado un paréntesis, cuando no un paso atrás, en la historia de Al-Andalus", añade Páez, que considera fundamental este periodo en la configuración de España. Asumir que hubo un mestizaje cultural y físico y difundir ese legado "para conocer mejor al otro y aceptarlo", es la idea que preside este itinerario cultural, dividido en siete rutas: cuatro en Marruecos (En torno a Marraquech, Rumbo a Fez, Por las llanuras atlánticas y Caminos del Estrecho) y tres por España y Portugal (Del Estrecho al Occidente de Al-Andalus, Por el Guadalquivir y la meseta y Hacia el Oriente de Al-Andalus) El Legado Andalusí está trabajando en la vertiente turística de este itinerario de acuerdo con el Gobierno marroquí, y la publicación de una guía turística de hoteles y comercios. "El itinerario cultural es un proyecto político de cooperación que se desarrollará como ruta turística", aclara el asesor. Concurso escolares, publicaciones, simposios y documentales en televisión completarán esta iniciativa.

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