Una ciudad premiada

La medalla de oro otorgada por el Royal Institute of British Architects (RIBA) por vez primera a una ciudad corona una trayectoria jalonada de premios. Entre los más recientes, en 1991, otro galardón con solera británica y procedencia estadounidense, el Premio Príncipe de Gales de Diseño Urbano, que concede la Graduate School of Design de la Universidad de Harvard, le fue concedido a Barcelona por el conjunto de espacios públicos urbanos creados entre 1981 y 1987. Aquel mismo año, la Comisión de Comunidades Europeas proclamó a Barcelona ganadora de su Premio Especial de Planificación.Este galardón premiaba una iniciativa pionera, el plan estratégico económico y social Barcelona 2000, que podía servir de modelo a otras ciudades europeas. El plan había conseguido la cooperación entre los sectores público y privado y la internacionalización de la ciudad. Entre los premios arquitectónicos, la torre de telecomunicaciones de Collserola, diseñada por Norman Foster, consiguió en 1992 el Premio Internacional Puente de Alcántara. El galardón reconocía la obra pública al tiempo que la importancia cultural, tecnológica, funcional y social del proyecto galardonado. Entre la arquitectura y el urbanismo, Barcelona también ha sido premiada por la rehabilitación. La defensa del patrimonio histórico desarrollada por la campaña Barcelona posa"t guapa recibió el Premio Fundación Toledo. Un premio modélico, el Helios, concedido por la Comisión de Comunidades Europeas, recayó en Barcelona en 1989. Se reconocía un proyecto centrado en facilitar la movilidad y el transporte de los minusválidos.