La Kfor sufre sus dos primeras bajas por una mina

Dos soldados británicos -del cuerpo especializado de los gurkas nepalíes, un cuerpo de élite que forma parte del contingente del Ejército británico, encargado de controlar la zona central de Kosovo dentro de la misión de la fuerza internacional de paz para Kosovo (Kfor)- y dos civiles fallecieron ayer en Negrovk, 30 kilómetros al oeste de Pristina, la capital de Kosovo, cuando desminaban el colegio local, según informó un portavoz de la Kfor. Hay un tercer soldado herido, atendido en el hospital. El incidente subraya los peligros que afrontan las tropas internacionales para garantizar la seguridad de la provincia, dijo el portavoz, sin aclarar si las muertes se debieron a un accidente en la manipulación de los artefactos o a su simple explosión. Expertos en limpieza de minas fueron enviados al lugar del siniestro para determinar las causas del suceso.

Estas son las primeras muertes de soldados aliados a causa de las minas. Anteriormente, al menos otras siete personas -en su mayoría, refugiados albanokosovares que regresaban a sus hogares en la provincia serbia- resultaron heridas por la misma causa.

Precisamente por este motivo, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha instado a los deportados albanokosovares a tener paciencia y aplazar su regreso a la provincia hasta que la Kfor haya podido limpiar la zona de minas.

Pese a los continuos incidentes registrados en la operación -especialmente a lo largo de su primera semana de implantación- y a los que se sucederán en un país ensangrentado y todavía sin reconciliar, la intervención de los aliados ha cubierto todos sus objetivos: la retirada de las fuerzas serbias, el inicio del retorno de los refugiados por decenas de miles (demasiado aprisa para poder ser absorbidos) y la creación de un entorno de seguridad.