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Sanidad quiere crear una agencia que controle la producción y venta de los alimentos en Euskadi

El Departamento de Sanidad es partidario de crear una agencia de control de alimentos que concentre las competencias sobre control de los alimentos, desde la producción hasta la distribución de los productos, dispersas por varias consejerías del Gobierno. La crisis provocada al descubrirse la existencia en Bélgica de piensos utilizados en la alimentación animal contaminados con dioxina ha servido a Sanidad para reforzar su tesis de que la efectividad de la actuación pública para atajar problemas de este tipo es mayor cuantos menos intereses sectoriales intervienen.

El consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, compareció ayer ante la Comisión de Sanidad del Parlamento vasco para explicar las medidas adoptadas por su departamento sobre los alimentos de origen belga contaminados por dioxina -un tóxico cancerígeno-. Para Inclán, la repetición de estos problemas ha puesto de manifiesto la importancia de disponer de un sistema de control alimentario adecuado, desde el origen hasta la mesa del consumidor. Tras su intervención, el consejero confirmó en los pasillos de la Cámara la conveniencia de contar con una agencia de control de alimentos, pero puntualizó que el nuevo órgano no tenía que adscribirse necesariamente a Sanidad, sino que debía depender del Gobierno en su conjunto. "Cada departamento tiene una responsabilidad, desde Agricultura a Comercio pasando por Sanidad. Cada palo tiene que aguantar su vela. Lo que no puede hacer Sanidad es responsabilizarse de competencias que no le corresponden. Ese tendría que ser el trabajo de la agencia de control de alimentos u otro órgano similar", explicó Inclán. Por su parte, el director de Salud Pública del departamento de Sanidad, Luis González de Galdeano, apoyó con decisión la creación de esta agencia por la necesidad de "extremar la coordinación para conseguir que las redes de protección de las condiciones sanitarias de los alimentos funcionen con eficacia". En la actualidad, hasta cuatro áreas diferentes del Gobierno tienen competencias en materia de alimentación. En primer lugar está Agricultura, que se encarga de aspectos que abarcan desde los piensos animales hasta la prohibición de cultivar productos transgénicos. El Departamento de Industria se responsabiliza de que las firmas de alimentación ofrezcan determinados niveles de calidad. Comercio (que depende de Industria) vela porque los productos que se venden en el mercado cumplan los requisitos legales y Sanidad, que es el último eslabón de la cadena, vigila que los productos reúnan las garantías sanitarias adecuadas. La creación de la agencia aglutinaría todas estas competencias y los programas que desarrolla cada departamento. "Lo que ahora se hace de manera aislada, con el nuevo órgano se podría coordinar", señalaron fuentes de la consejería de Sanidad. La agencia no implicaría crear una nueva estructura: se formaría con los recursos humanos y materiales que en la actualidad destina cada departamento. Por ejemplo, Agricultura y Sanidad aportarían sus actuales laboratorios, pero no se crearía uno específico. El consejero Inclán recalcó ante la Comisión de Sanidad que desde que se conoció el problema de los alimentos belgas contaminados con dioxina, a principios de junio, "el rigor, la celeridad y la eficacia de la actuación del Gobierno ha evitado un posible riesgo para la salud de los consumidores vascos". En total, Sanidad ha inmovilizado 224.452 kilos de productos de origen avícola, de cerdo, vacuno y sus derivados, originarios de granjas belgas que utilizaron piensos contaminados con dioxina. De esos 224.452 kilos, ya se han devuelto a los comercios más de 40.000 al comprobar que no sufrían ningún tipo de contaminación. El titular de Sanidad aseguró que las inmovilizaciones cautelares del resto de alimentos se mantendrán mientras no existan las suficientes garantías de que los productos están libres de dioxinas o de que sus componentes no son originarios de Bélgica. "Ante cualquier duda razonable, por seguridad, la opción será la destrucción", enfatizó. Medidas superiores El consejero se quejó de la falta de claridad de las autoridades belgas, que al día de hoy todavía no han ofrecido datos definitivos sobre lotes y granjas de animales alimentados con los piensos sospechosos, sobre los niveles de dioxina de los alimentos afectados y el origen de la contaminación de los piensos. Por ello, las medidas adoptadas en el País Vasco han sido "muy superiores", según el consejero, a las que hubieran resultado estrictamente necesarias en caso de haber dispuesto de la información precisa. El director de Salud Pública agregó que los medios de control del Gobierno le permiten actuar con rapidez ante cualquier contingencia. "Los fraudes no se pueden controlar de antemano. Por eso lo más importante es disponer de un sistema de vigilancia eficaz, que se active a la mínima sospecha".

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