Las FARC secuestran a otro español en una 'pesca milagrosa' en Colombia
Un ciudadano español, Santiago López, fue secuestrado el domingo por la mañana por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a unos 90 kilómetros al sur de Bogotá. Con López son cuatro los españoles en poder de este grupo guerrillero, el más poderoso del país. Los otros son los técnicos en telefonía Marcos Gallego y José Luis García, y el maestro de obras Enrique López.El secuestro se produjo cuando 30 hombres fuertemente armados llegaron en camionetas y se llevaron a López y a un ciudadano colombiano hacia la población de Viotá, fortín de la insurgencia.
Además, otras nueve personas más se unieron a la lista de secuestrados en pescas milagrosas, con las que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) trata de presionar al Gobierno en las negociaciones de paz. Las nuevas víctimas -todos de la caribeña ciudad de Barranquilla- fueron hechas prisioneras cuando se dedicaban a la pesca deportiva, su afición dominical, en el río Magdalena. El nuevo secuestro masivo de los elenos, complica la posibilidad de libertad de los 25 rehenes del avión de Avianca, en poder del ELN desde el pasado 12 de abril, y de los asistentes a una iglesia, secuestrados hace una semana en una parroquia de un exclusivo barrio de Cali. De este grupo forma parte otro español: el estudiante universitario Óscar Julián Arboleda.
Los secuestros del domingo son "una muestra más de la incoherencia de esa organización armada", declaró a EL PAÍS el politólogo Jaime Zuluaga. El pasado domingo el ELN, a través de su máximo comandante, Gabino, pidió perdón por el secuestro en la iglesia, a lo que el Gobierno respondio con la flexibilización de su posición. Se mostró dispuesto a desmilitarizar una zona pedida por los elenos para liberar a los rehenes, aunque puso una condición: la liberación de todos los secuestrados en una fecha fija.
Con estos nuevos sucesos protagonizados por los grupos guerrilleros de Colombia, se esta poniendo de relieve que el conflicto armado, que hasta ahora había tocado sólo a los campesinos pobres, está alcanzando de lleno también a los sectores más ricos de la ciudad. Por eso, son cada vez las autoridades políticas y económicas que reclaman con urgencia un final negociado con los grupos guerrilleros.
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