El 98% de las playas españolas cumple los objetivos de calidad del agua de la UE

El último informe anual de la Comisión Europea sobre la calidad de las aguas de baño presenta un cuadro satisfactorio para las playas españolas. Las zonas costeras mantienen los buenos índices de las últimas temporadas, con sólo un 2,1% de playas en condiciones sanitarias inaceptables. La situación es mucho peor en los ríos españoles. El 26% de las zonas de baño del interior del país incumple los mínimos exigidos por la Comisión Europea, y ello a pesar de que el año pasado se suprimieron 39 puntos de baño por su excesiva contaminación.

Los informes de la Comisión Europea están basados en los datos que le facilitan las autoridades sanitarias de los Estados miembros. El informe dado a conocer ayer recoge la situación de las costas y de las aguas interiores correspondiente a 1998, y pretende servir como un indicador de cara a la próxima temporada de baño.En 1998 se suprimieron 26 zonas de baño de las costas españolas, pero esa pérdida quedó más que compensada con la apertura de otras 35. El total de zonas de baño costeras es de 1.597. La valoración general de la calidad del agua en las playas es "bastante buena", según la Comisión Europea.

De hecho, los dos principales indicadores de la calidad de las playas, que ya se encontraban entre los mejores de la UE en 1997, han experimentado una ligera mejoría en 1998. El porcentaje de playas que cumplen los mínimos imprescindibles de calidad aumentó del 96,5% al 97,6%. Y las que satisfacen además otro indicador más exigente, que refleja un valor de alta calidad que la Comisión considera deseable -aunque no imprescindible- alcanzar, crecieron unas décimas (del 85,0% al 85,6% de las playas).

El subdirector general de Tratamiento y Control de Calidad de las Aguas, Ángel Cajigas, atribuye la progresiva mejora de la calidad de las playas al gran incremento del número de depuradoras que las comunidades autónomas han instalado en sus costas. "Alcanzar el 100% de cumplimiento es posible", dice Cajigas, "y no será difícil cuando todas las depuradoras previstas estén en funcionamiento en la costa, lo que puede llevar aún tres o cuatro años".

La situación es mucho peor en las aguas del interior. El número de zonas de baño en los ríos, lagos y embalses españoles no es muy alto. En 1997 sumaban 251, y en 1998 se redujeron a 215. Y, pese a esas supresiones, el porcentaje de puntos de baño interiores que no satisfacen los mínimos exigidos por la UE alcanza el 25,6% (del mismo orden que el 25,1% de 1997).

Ángel Cajigas relativiza la importancia de estos datos. "Cualquier actuación en el litoral se traduce en una mejora de los índices", señala, "pero las estadísticas son más erráticas en las aguas continentales, porque dependen mucho de las condiciones meteorológicas y de los caudales regulados; a los países mediterráneos nos cuesta mucho más mejorar la calidad de las aguas interiores, debido a la irregularidad de los caudales, y cualquier riachuelo contaminado tiene una incidencia muy grande en los datos".

Sobre la supresión de 39 zonas de baño interiores en 1998, Cajigas explica que algunas comunidades autónomas habían creado demasiadas en los últimos años, con criterios poco claros, y ahora se han visto forzadas a desclasificarlas, en muchos casos porque ni siquiera tenían agua en verano.