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Reportaje:

Europa muestra sus cartas

La Unión Europea ha protagonizado alguno de los episodios más destacados de esta legislatura en el sector agrario. Las reformas de las OCM (Organización Común de Mercado, normativa europea que regula las ayudas) de las frutas y hortalizas, el aceite o el vino han supuesto importantes quebraderos de cabeza para el sector, con pérdidas de subvenciones o importantes reformas del sector, obligándo a los agricultores a asociarse para poder optar al dinero de Bruselas. Sólo la del vino ha satisfecho al mundo rural. Por otra parte, la reforma de la PAC no dedicó ni una línea a los productos mediterráneos. A estos problemas se añaden los acuerdos con países terceros, como Egipto o Marruecos, que dañan la capacidad exportadora del sector. En el capítulo exportador, sólo la apertura del mercado japonés, tras levantar la prohibición, ha supuesto un nuevo aliciente al sector, que además ha aprovechado en esta última campaña las heladas en Estados Unidos. En este mismo panorama de venta al exterior se enmarcan los ataques en Francia a los camiones españoles, que se han repetido, en esta ocasión, por las huelgas de camioneros del país vecino. Los precios de los productos han vivido importantes altibajos. Algunas hortalizas -en los últimos tiempos la patata, la cebolla, la alcachofa-, parte de la fruta de verano o el cerdo y el pollo en el capítulo ganadero han sido de los más perjudicados. Peor escenario se producía con las inclemencias meteorológicas que se han registrado en los cuatro años, con daños importantes por heladas y granizo fundamentalmente. La sequía también ha estado presente al principio de la legislatura y ahora al final. En el capítulo pesquero destacó el conflicto aún vigente con Baleares. La producción de cítricos creció imparablemente. La penúltima campaña alcanzó la cifra récord de tres millones de toneladas. El precio, naturalmente, cayó. La última campaña ha ido mejor, al descender la producción. En la próxima ya se usará la nueva denominación de los cítricos valencianos. El sector citrícola vivió, además, un momento histórico: Intercitrus -que logró ser reconocida como interprofesional- cerró un acuerdo -sin que sirva de precedente- para realizar una campaña de promoción. También en el mismo seno se aprobó el contrato de cítricos. Por su parte, el sector limonero se escindió de la interprofesional. Las elecciones agrarias siguieron sin convocarse. La Asociación Valenciana de Agricultura (AVA) consiguió así imponer sus tesis sobre Ramón-Llin. AVA y la Unió de Llauradors relevaron a sus máximos responsables: Vicente Hernández dejó paso a Cristóbal Aguado y Miquel Vilalta a Lucio Monteagudo. Las dos organizaciones se separaron hasta límites insospechados. Desapareció la unidad de acción de la anterior legislatura.

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