La Casa Blanca ve con creciente desconfianza las iniciativas de paz emprendidas por Kofi Annan
Por si tuviera pocos problemas diplomáticos con China y Rusia, la Casa Blanca contempla con creciente desconfianza las iniciativas emprendidas por el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, para buscar una solución negociada en los Balcanes. La visita a Belgrado de la alta comisionada de las Naciones Unidas para Derechos Humanos, Mary Robinson, y la reunión, hoy en Ginebra, de Annan con sus dos enviados especiales para la crisis de Kosovo, han despertado críticas en el Departamento de Estado y en la Casa Blanca. La actitud independiente de Annan levanta ampollas en Washington y supone un rotundo mentís a quienes le han presentado como un títere en manos de Estados Unidos.
El nombramiento del ex primer ministro sueco, Carl Bildt, como enviado especial de Annan para la crisis de Kosovo encontró la oposición tanto de la secretaria de Estado, Madeleine Albrigth, como del consejero de Seguridad Nacional, Sandy Berger, por la actitud contraria a los bombardeos del político sueco.Aunque oficialmente se guarda un discreto silencio, las declaraciones de "un alto cargo de la Administración estadounidense", recogidas por la prensa norteamericana, fueron rotundas. "Sólo hay dos protagonistas en el asunto: Milosevic y la OTAN. No tiene sentido enviar a delegados que no tienen la confianza del país líder de la OTAN". Washington quería que Annan nombrara al excanciller austríaco Franz Vranitzky o al presidente finés, Martii Ahtisaari. Éste ha sido finalmente designado enviado especial de la Unión Europea para la crisis de Kosovo.
Annan, aparentemente irritado con la prepotencia norteamericana, que intenta frenar las iniciativas diplomáticas de la ONU, piensa anunciar hoy en Ginebra, tras su reunión con Carl Bildt y con su otro enviado especial, el ministro de Asuntos Exteriores de Eslovaquia, Eduard Kukan, su disposición a mantener conversaciones directas con Slobodan Milosevic. Para ello, Bildt y Kukan podrían desplazarse en breve a Yugoslavia. Quien está ya en Belgrado es Mary Robinson, que transmitirá a Milosevic la preocupación y la protesta de la ONU por las violaciones de los derechos humanos que se están cometiendo en Kosovo, pero también tomará nota de los daños que los bombardeos de la OTAN están causando en Yugoslavia.
Para la diplomacia norteamericana, esta visita supone un grave error, ya que legitima a un dirigente político al que se presenta aquí como un auténtico criminal de guerra. "Pedir al presidente Milosevic que ayude a corregir los abusos contra los derechos humanos que se cometen en su país es como pedir al doctor Kevorkian [el apóstol de la eutanasia] que se haga cargo de una clínica geriátrica", afirmó un diplomático estadounidense.
Responsabilidades aliadas
En Washington tampoco se olvidan de unas recientes declaraciones de Mary Robinson en las que dijo que a la OTAN también se le podrían exigir responsabilidades por crímenes de guerra.Por otra parte, la posibilidad de que, a corto plazo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se haga cargo de la crisis de Kosovo ha quedado reducida a escombros, tantos como los causados por los aviones de la OTAN en su ataque a la Embajada de China en Belgrado. La negativa del Consejo de Seguridad a aprobar, el pasado lunes, una enérgica declaración de condena por el ataque, como pretendía China, ha reafirmado a Pekín en su decisión de exigir la suspensión de los bombardeos. El embajador chino Qin Huasuan dejó claro que la OTAN debe detener inmediatamente sus ataques si quiere propiciar una solución política. "Cualquier otra cosa hace imposible que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas discuta cualquier plan para solucionar el problema", añadió.
Fuentes diplomáticas occidentales opinan que China parece dispuesta a "explotar al máximo el ataque contra su embajada" y consideran que su actual posición radical es "en un 60% representación del enfado y en un 40% indignación genuina".
Un diplomático español destinado en Naciones Unidas comentaba: "China no va a permitir, en los próximos meses, que Estados Unidos u otros países de la OTAN le hagan el menor reproche sobre derechos humanos, un asunto que irrita especialmente en Pekín".China, según estas fuentes diplomáticas, no va a tener ninguna prisa en que la crisis de Kosovo sea debatida de nuevo en el Consejo de Seguridad de la ONU y es difícil que modifique, a corto plazo, su posición de exigir la detención de los ataques aéreos aliados.
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