Schröder vuelve de China con las manos vacías
El canciller alemán, Gerhard Schröder, dijo ayer en Pekín que había pedido disculpas a China por el erróneo bombardeo de la OTAN contra su embajada en Belgrado, aunque reconoció que las autoridades chinas no ablandaron su posición de que la OTAN cese la guerra aérea antes de apoyar cualquier acuerdo de paz."Creo que los líderes chinos han entendido muy bien la forma en que he expresado mis sentimientos de compasión y tristeza, y mis sentimientos de solidaridad con las familias de las víctimas", dijo Schröder a los periodistas.
Durante una estancia de un día en Pekín -su visita oficial de cuatro días fue recortada a petición china-, Schröder se reunió con el primer ministro, Zhu Rongji, y con el ministro de Exteriores, Tang Jiaxuan. Según dijo, pidió disculpas en nombre de la OTAN y de Alemania, y añadió que China se mantiene firme en su petición de que la OTAN cese los ataques aéreos sobre Yugoslavia, aunque precisó que hubo acuerdo en que la propuesta del grupo G-8 "podría ser una base bastante sólida para un acuerdo político".
"No intento ocultar que hay diferencia de pareceres", dijo respecto a los bombardeos el canciller alemán, quien añadió que había viajado a Pekín para tratar de persuadir a China de que adopte un papel constructivo en la búsqueda de una solución en la crisis de Kosovo. Los medios chinos, controlados por el Estado, han despreciado la explicación de la OTAN de que el bombardo de la embajada en la madrugada del sábado, en el que murieron tres periodistas chinos, fue un accidente causado por información errónea. Schröder contó que le había transmitido a Rongji que el bombardeo fue "un trágico accidente y nada más".
Schröder declaró que China no le había pedido concesiones. "No creo que las cosas sean tan fáciles ni que Pekín quiera comprar una solución", dijo.
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