La limpieza de astas astilladas requiere un examen posterior
Las astas de los toros que presenten astillas de escasa importancia podrán ser limpiadas en los corrales en presencia de la autoridad gubernativa. Pero habrá un examen posterior, de manera que si el toro no estuviera en disposición de ser lidiado sería rechazado por la autoridad aunque en principio hubiese sido aprobado.Esta última circunstancia no figuraba en la información "El Ministerio del Interior autoriza el arreglo de las astas de los toros" que se publicó en EL PAÍS el pasado día 7. Un portavoz de dicho departamento se ha dirigido a este periódico para completar otros datos que tampoco recogía la información. Y para aclarar que la circular en la que se comunicaba a los presidentes y delegados gubernativos los acuerdos adoptados el pasado mes de abril por la Conferencia Sectorial de Asuntos Taurinos sobre limpieza de astas y otros temas, no la había firmado Rafael Ramos como Secretario General Técnico del Ministerio -aunque constara así en la antefirma- sino como presidente de la citada Conferencia.
En lo referente a las astas astilladas la circular indica que su limpieza deberá hacerse "excluyendo aquellos métodos que supongan someter a la res a procesos traumáticos o farmacológicos, dadas las repercusiones que en cuanto a su conducta puedan tener durante su lidia". Y deberá contar siempre con la presencia de la autoridad. Llama la atención sin embargo -y así se recogía en la información que publicó EL PAÍS-, que ni en la operación de limpieza ni en el reconocimiento posterior se haya previsto en los acuerdos de la Conferencia la presencia del equipo de veterinarios.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.