Condenados siete profesores a pagar un millón al autor a quien copiaron

La Audiencia de A Coruña ha condenado a siete profesores por haber "infringido los derechos de propiedad intelectual" del catedrático de Filosofía Pedro Pérez Vérez, a quien deberán indemnizar conjuntamente con un millón de pesetas "en concepto de daños morales". La sentencia absuelve a la Editorial Akal, que publicó la obra La vida moral y la reflexión ética, de los siete profesores condenados, en la que se reprodujeron fragmentos de Autonomía y heteronomía moral, de la que es autor Pérez, quien, desde que en 1994 planteó la demanda, considera paradójico que tales hechos ocurran "precisamente en un libro de ética".La inicial demanda contra los profesores Isabel Arenas Ferriz,José Antonio Freijo Calzada, Esmeralda García Sánchez, Luis Jiménez Moreno, Ramón Emilio Mandado Gutiérrez, José Antonio del Río Bueno, Dionisio Roca Blanco originó una sentencia de un juez de primera instancia de A Coruña, que absolvió tanto a la editorial como a los profesores. Pérez Vérez apeló el fallo, ahora revocado por la Audiencia Provincial de A Coruña, que ha estimado en parte el recurso.

Creación intelectual

La sentencia, de la que ha sido ponente el Julio-César Cibeira, reconoce que "nadie niega que se ha copiado una importante serie de párrafos de información doctrinal, ejemplos para actividades del alumno, etc., que (...) no son citas esporádicas de carácter general referidas a conocimientos sociales aceptados por todos y, por tanto, divulgables por cualquiera en el marco de la enseñanza mediante libros de texto, sino nociones personalmente expresadas por el autor del trabajo anterior, explicativas y analizadoras de una determinada materia, en las que éste aporta su propia creación intelectual".La Audiencia de A Coruña estima que los párrafos copiados "merecen, como derechos de autor, toda la protección que les dispensa el artículo 14 de la Ley de Protección Intelectual, cuando describe su contenido mínimo de carácter moral". La sala agrega que "la inclusión en la obra propia de los fragmentos de la ajena (...) no se salva con (...) la cita totalmente imprecisa y genérica que se hace al final del llamado "libro del profesor", que (...) no identifica los textos reproducidos ni salva, por tanto, los derechos de autor conculcados".

La sentencia razona que, dada la importancia de los textos copiados, los profesores "no actuaron conforme a los "usos honrados" ni los fines para haber actuado de esa manera estaban justificados, porque, en contra incluso de la esencia moral de alguno de los ejemplos expuestos en el libro, hubo una ocultación maliciosa de la fuente en los temas parcialmente plagiados, tomando y haciendo pasar por propio lo obtenido a través de un esfuerzo de persona ajena, en demérito de los legítimos intereses de este último".