Los recortes económicos del Gobierno argentino desencadenan una crisis educativa

Los profesores de todas las escuelas y universidades de Argentina están convocados a una huelga para hoy por la Confederación de Trabajadores de la Educación; las protestas y movilizaciones de los sectores docentes van en aumento y ya se prepara una marcha nacional hasta la Plaza de Mayo, que alberga el palacio presidencial; la ministra de Educación, Susana Decibe, dimitió el viernes, y su sucesor, Manuel García Solá, juró ayer en la Casa Rosada ante el presidente Carlos Menem; el rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Óscar Shuberoff, ha dicho que las universidades pueden verse obligadas a cerrar sus puertas a partir del próximo octubre.Estudiantes y profesores están en pie de guerra contra los planes del Gobierno de reducir en 280 millones de dólares la financiación educativa, dentro de un más amplio recorte presupuestario. El conflicto adquiere cada vez mayores proporciones y ya se han presentado cuatro recursos ante la Justicia contra el polémico decreto presidencial. La Cámara de Diputados y el Senado discutirán mañana el ajuste.

El escritor Ernesto Sábato ha arremetido contra el proyecto del Gobierno con un texto publicado en las páginas de Clarín. "No lo vamos a permitir", advierte quien escribió el informe sobre los desaparecidos. "En tiempos en que fuimos vergonzantemente conocidos en todo el mundo por los crímenes de la dictadura, lo único que nos rescató del menosprecio fue el alto nivel de los egresados de esta Universidad, cuando debieron dejar el país, corridos a bastonazos".

El conflicto se desencadenó a raíz de la exigencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) a las autoridades argentinas de una reducción del gasto público. El presidente Menem firmó el pasado 29 de abril un decreto que reduce el dispendio de la Administración pública en 1.500 millones de dólares, según el Congreso, y en 1.055, según el Ministerio de Economía.

El recorte afecta en gran medida a casi todas las áreas del Ministerio de Educación -sólo le superan Economía y Presidencia de la Nación- como construcción de escuelas, programas de capacitación, promoción científica y tecnológica.

Las universidades sufrirán un recorte de 100 millones de dólares. La UBA, con 185.000 estudiantes, resultará la más afectada, con un tijeretazo de 17 millones de dólares. De ahí que el rector haya declarado que el dinero no alcanzará para pagar los salarios, por lo que tendrá que cerrar. "Es el último golpe a la universidad pública", ha dicho Shuberoff en un claro intento de situar el conflicto en el terreno del modelo político.

Argentina vive un año electoral -en octubre se celebran las presidenciales- y el rector de la UBA es un conocido radical que se ha enfrentado reiteradamente a la política del Gobierno.

La ministra Decibe chocó desde el primer momento con su compañero de gabinete Roque Fernández, ministro de Economía, a quien calificó de ineficiente y al que recomendó que, en lugar de dedicarse a recortar, recaude mejor los impuestos.

Dos días antes de dimitir declaró: "Parece que el ministro cree que todo se soluciona cortando el gasto público, pero ya no se puede cortar más. Esto no se hace sin costos sociales y ésa es su responsabilidad". La ministra fue más allá en sus críticas y arremetió contra el sistema financiero argentino y el Banco Central, "siempre dispuesto a pagar ineficiencias o corrupciones de bancos que sucesivamente caen, presentan quiebras, y esas situaciones son atendidas".

El conflicto ha puesto sobre la mesa algunos de los graves problemas que aquejan al sistema educativo argentino, que según una reciente radiografía publicada en un suplemento especial del diario La Nación ofrece un cuadro preocupante, fruto de "cincuenta años de desaciertos y ausencia de políticas coherentes". El informe da cuenta de las dificultades de la reforma educativa que la ministra Decibe pretendía poner en marcha y da algunas cifras que hablan por sí mismas del fracaso escolar: el 14% de los alumnos repite primer año de secundaria en las escuelas estatales, el 22% repitió el curso al menos una vez, el 18% abandona los estudios, y el rendimiento de los alumnos de primaria y secundaria no llega a niveles satisfactorios mínimos en materias como lengua y matemáticas, según las evaluaciones del ministerio.

"La insuficiencia de los recursos que se destinan a la educación, el mal manejo que se hace de los pocos recursos disponibles, la falta de un régimen eficaz de incentivos que estimule en los educadores el espíritu de dedicación y superación, o el abusivo régimen de licencias de que gozan los profesionales de la docencia" son algunas de las causas de la crítica situación educativa que describe el informe.