La guerrilla albanokosovar rechaza cualquier solución negociada para poner fin al conflicto
La guerrilla del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) rechazó ayer cualquier solución negociada a la crisis rompiendo de esta manera con el líder moderado albanés, Ibrahim Rugova. Mientras, las autoridades de Tirana han optado por la prudencia ante el acuerdo alcanzado en Alemania entre los ocho Estados más poderosos del mundo. Según un portavoz del ELK el acuerdo del G-8 "no garantiza una solución estable del problema ni el fin de la tragedia de Kosovo". En opinión de Bilal Sherifi, muchos de los puntos acordados son "totalmente inaceptables".
"Creemos que el G-8 con este acuerdo no va a lograr interrumpir la guerra en Kosovo", señaló Sherifi, portavoz de los guerrilleros kosovares en la capital albanesa. "Por el contrario, va a alargar la duración de la vida del régimen bárbaro de Milosevic, que amenaza la paz en toda la región", añadió.El ELK tampoco ahorró críticas para el líder moderado albanokosovar, Ibrahim Rugova, quien tras haber permanecido retenido por Milosevic, viajó a Roma el pasado miércoles para negociar una solución pacífica. "Rugova no tiene un mandato para negociar sobre el problema de Kosovo", enfatizó Jakup Krasmiqi, otro de los portavoces del movimiento armado kosovar en Tirana.
La postura oficial de ELK es que la vía pacífica y diplomática está agotada y toda solución que siga dicho camino está condenada al fracaso. El movimiento democrático de Kosovo (LDK) de Ibrahim Rugova nunca ha participado en el Gobierno provisional creado el pasado mes de abril y en el que, dispone de cuatro carteras, entre ellas la del viceprimer ministro.
El ELK ha rechazado de esta forma cualquier posibilidad de desarme "mientras que el régimen criminal de Milosevic continúe en vigor". "El ELK no puede desarmarse, sino que debe transformarse en el Ejército Nacional de un país independiente y democrático", según el portavoz de los guerrilleros albanokosovares, que cree que la única solución para Kosovo es la independencia. El acuerdo del Grupo de los ocho, incluye entre sus puntos, la desmilitarización del ELK.
Por su parte Prec Zogaj, asesor político del presidente albanés, Rexhep Meidani, consideró que "mientras que las fuerzas serbias sigan cometiendo crímenes y masacres, es necesario armar al ELK y no desarmarlo". "Después de toda esta guerra es verdaderamente irónico quedarse en la base de los acuerdos de Rambouillet en la que se fundamentan los acuerdos alcanzados por el G-8", añadió. Para el dirigente albanés el acuerdo de Rambouillet "se encuentra en lo que se refiere al estatuto de autonomía para Kosovo".
El texto del grupo de los ocho anticipa "un proceso político hacia el establecimiento de un marco de acuerdo provisional que prevé una autonomía sustancial para Kosovo, asumiendo por completo los acuerdos de Rambouillet y los principios de soberanía e integridad territorial de la República Federativa de Yugoslavia".
Paso adelante
El viceministro albanés de Asuntos Exteriores, Pellumb Xhufi, estimó sin embargo que el acuerdo supone "un paso adelante" en la resolución de la crisis en Kosovo, a pesar de que en su opinión "los términos elegidos son un poco confusos". Subraya "el aspecto positivo" de la participación de Rusia en el acuerdo obtenido en Bonn, pero destaca la necesidad de una presencia de la OTAN en Kosovo.El presidente Meidani había dicho la semana pasada en París la crisis sólo podría resolverse imponiendo una solución a Milosevic. "Milosevic y su régimen ha ido muy lejos con su política de limpieza étnica y de deportaciones. Será difícil negociar con él y será difícil para él aceptar las condiciones de la OTAN, puesto que en ese momento, estará acabado".
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