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GUERRA EN YUGOSLAVIA El frente bélico

La OTAN afirma que el piloto no vio el autobús y advierte de que los puentes son objetivo militar

La OTAN admitió ayer que fue un misil aliado el causante de la destrucción de un autobús, el sábado, en el puente de Luzane, a 20 kilómetros de la capital de Kosovo, Pristina. Pero ahora la Alianza no habla de error, sino de accidente: "El piloto estaba concentrado en su objetivo y no pudo ver que se aproximaba el autobús", declaró el portavoz militar aliado, el coronel Konrad Freytag. Lo ocurrido fue muy similar a lo que el pasado 12 de abril costó la vida a 17 civiles. Entonces fue un tren el que atravesó un puente justo unos segundos antes de que un misil impactara contra él.

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El coronel Freytag, uno de los portavoces de la Alianza, responsabilizó a las autoridades serbias de la muerte de civiles en los ataques aliados a los puentes "porque saben perfectamente que esos puentes constituyen un objetivo militar de nuestras fuerzas", dijo, insinuando que Belgrado debería evitar el paso de civiles por las vías de comunicación utilizadas por la policía especial y el Ejército yugoslavo.La Alianza expresó su condolencia por las muertes civiles que haya podido provocar este "accidente", aunque no reconoció expresamente que las hubiera ni admitió las cifras de entre 40 y 60 muertos citadas por los medios de información yugoslavos. "La OTAN no está en condiciones de confirmar que se hayan perdido vidas civiles en el transcurso de este ataque", señala el comunicado hecho público por los aliados en la madrugada del sábado al domingo. Los portavoces se mantuvieron ayer en esa misma línea.

A pesar de estas condolencias, los aliados subrayaron ayer que el ataque fue legítimo. "No hemos disparado contra el autobús. Hemos disparado contra el puente", matizó Freytag. "Hemos disparado contra ese puente porque constituye una eje de aprovisionamiento norte-sur esencial para las fuerzas de la policía especial y para el Ejército yugoslavo que operan entre Pristina y Produjevo, en Kosovo", defendió el portavoz militar. "Era, por tanto, un ataque legítimo contra un objetivo militar. Los aviones aliados no hubieran disparado si se hubieran dado cuenta de que se aproximaba un autobús", precisó Freytag.

El ataque al puente de Luzane ocurrió a la una de la tarde del sábado, hora local. Un autobús de línea que cubría el trayecto entre Nis -una localidad situada unos 300 kilómetros al sur de Belgrado- y Pristina, la capital de Kosovo, fue alcanzado por un misil que en principio había sido lanzado para destruir el puente. Éste quedó prácticamente intacto, pero el autobús quedó partido en dos mitades y se incendió. Una de las mitades quedó en el puente y la otra cayó al río. Una hora después, la OTAN lanzó un segundo misil contra el puente porque éste apenas había quedado afectado por el primer disparo.

En el ataque perecieron 60 civiles, según Belgrado, aunque un médico forense entrevistado por la agencia Efe da cuenta de 32 muertos. Un periodista de France Press, que llegó al lugar poco después del ataque, afirma haber contabilizado 23 cadáveres, muchos de hechos mutilados y abrasados por las llamas.

La Alianza Atlántica no confirmó hasta la madrugada de ayer que fueron sus aviones los que habían realizado el ataque. Fuentes aliadas confirmaron el sábado que ese puente figuraba entre los objetivos secundarios de los aviones de la OTAN, pero no quisieron confirmar el ataque hasta haber escuchado los informes diarios de todos y cada uno de los pilotos que operaron en la zona. Trataba así de no precipitarse en el reconocimiento de un error propio, como le ocurrió días atrás en los ataques a fuerzas sobre el terreno realizados al norte y al sur de la ciudad de Djakovica, al este de Kosovo.

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