Fraga pretende invertir 18.000 millones en una Ciudad de la Cultura
Críticas en Galicia al proyecto de la Xunta
"Manuel Fraga quiere construirse un mausoleo", dicen los socialistas coruñeses. "Lo ocurrido con el Guggenheim demuestra la rentabilidad de esa clase de proyectos", replica su compañero de partido y alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo. La iniciativa de la Xunta para dedicar 18.000 millones de pesetas a la construcción en Santiago de una Ciudad de la Cultura divide al PSOE gallego y suscita críticas en las demás capitales gallegas.
Pero el Gobierno autónomo ya ha dado los primeros pasos para continuar adelante con un proyecto que se pretende encomendar a alguna estrella de la arquitectura mundial, como el británico Norman Foster o el estadounidense Frank O"Gehry, creador del Guggenheim de Bilbao.El plan recuerda inevitablemente los empeños del que fuera presidente de la República Francesa, François Mitterrand, de dejar su impronta para la historia en París promoviendo grandes infraestructuras culturales. Al igual que entonces Mitterrand, el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, es un político con una apabullante trayectoria vital tras de sí, pero con un futuro limitado por la irreversible cuenta atrás de su reloj biológico.
En los propios textos de presentación del proyecto, que ya se ha insinuado que podría llevar el nombre de Ciudad Fraga Iribarne, se reconoce explícitamente esa voluntad de construir algo de dimensión histórica. "En el mundo de lo cotidiano hay que aspirar también a crear para la eternidad", explican los promotores de la iniciativa.
Fraga también quiere hacer una Gran Biblioteca de Galicia, que se erigiría en una colina de las afueras de Santiago junto a un Museo de la Historia de la comunidad "museo de museos", lo define la Xunta, una hemeroteca, un enorme archivo de datos informáticos y un bosque con especies autóctonas para rodear los "símbolos arquitectónicos" que se levanten en el lugar. La ciudad cultural ocuparía una extensión de 700.000 metros cuadrados, de los que 10.000 estarían ocupados por las edificaciones. La Xunta acaba de aprobar el plan de urbanización y ha iniciado los trámites para, llegado el caso, poder expropiar los terrenos, en su mayoría propiedad de Caixa Galicia. Esta entidad financiera intentó hace 20 años que el Ayuntamiento recalificase la zona para poder construir, pero su petición fue desechada. "Ahora confiamos en que los ceda o los venda por un precio simbólico", dice el alcalde de Santiago, quien apoya el proyecto y se enfrenta con otros miembros de su partido, como su colega de A Coruña, Francisco Vázquez, feroz detractor de la iniciativa.
En los últimos 15 años, bajo el mandato de un alcalde arquitecto, el socialista Xerardo Estévez, que abandonó la política, Santiago desarrolló un ambicioso proceso de transformación con grandes aportaciones económicas de la Xunta y del Gobierno. Por eso, las otras ciudades gallegas ven con recelo que una inversión de ese calibre se concentre de nuevo en una capital en la que se ha construido un auditorio, un palacio de congresos, un pabellón multiusos y un museo de arte contemporáneo.
Babelia
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