La flota, último vestigio colonialista
El Gobierno marroquí repite la consigna: "No habrá nuevo tratado con la Unión Europea". Caben dos posibilidades. Una es que sea verdad, y que esta coalición de siete partidos, nacionalistas o de izquierdas, consiga echar de sus aguas a una flota que los duros consideran "el último vestigio del colonialismo español". Abdelmajid Smires, presidente de la Asociación de Armadores de Marruecos, insiste además en que "los españoles no quieren comprender que los bancos de peces están esquilmados". La baza de la preservación de los recursos siempre precedió a las negociaciones, en 1988, 1992 y 1995. El primer ministro Yussufi llega hoy a Madrid sin su ministro de Agricultura y Pesca, con el argumento de que Malki acaba de estar en España. Pero sí le acompaña el ministro delegado para la Pesca, Thami Khyari, el gran valedor de los armadores marroquíes, que no quieren más acuerdos con la Unión. Khyari es el único miembro del Gabinete que pertenece al Frente de Fuerzas Democráticas, una escisión del Partido Comunista. Hay diplomáticos en Bruselas que recalcan su pasado: "Un comunista defendiendo los intereses de la oligarquía marroquí". La defensa en Rabat no se hace esperar: "Mejor eso que defender los intereses de los capitalistas europeos". La otra posibilidad es que todo esto sea un farol: hoy y mañana se verá.
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