Chernomirdin quiere mantener un encuentro con la cúpula de la Alianza Atlántica y mediar ante Milosevic
Víktor Chernomirdin, delegado personal del presidente ruso, Borís Yeltsin, para el conflicto de kosovo, se ha puesto ya a trabajar. Ha sondeado a la diplomacia occidental para preparar un encuentro con la cúpula de la OTAN, incluido el secretario general, Javier Solana. Y se ha manifestado dispuesto a emprender una mediación que incluiría un viaje a Belgrado. Todos los aliados han indicado que darán su bienvenida a cualquier intervención diplomática en el asunto, especialmente si procede de Rusia, siempre que vaya en la línea de conseguir que el dictador yugoslavo acepte las condiciones exigidas por la comunidad internacional: cese de la violencia, retirada de las fuerzas represivas de Kosovo, retorno de los refugiados, la devolución de la autonomía a la provincia, y la aceptación de una fuerza internacional de interposición.
Este último requisito es la manzana de la discordia entre los aliados y Moscú, como se puso de relieve en la entrevista celebrada el pasado martes, en Oslo, entre el ministro de Exteriores ruso, Ígor Ivanov, y la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright. Se trata de la única discrepancia que les separa, pero es capital, porque los Diecinueve consideran que sin el despliegue de esa fuerza, no habrá garantías de cumplimiento de las otras condiciones.
El ex primer ministro ruso mantendrá hoy una importante reunión con Yeltsin, en que será oficialmente investido como mediador ruso, y en la que previsiblemente se establecerán los mecanismos de coordinación con el presidente, el primer ministro Yevgueni Primakov y el titular de Exteriores. Se prevé que después informe públicamente de sus intenciones, más allá de las escasas declaraciones que ha realizado hasta ahora.
La designación de Chernomirdin ha sido bien recibida por la diplomacia de EEUU. El ex primer ministro mantiene una excelente relación personal con el vicepresidente estadounidense, Al Gore, y además, el nivel de sintonía de Washington con Primakov e Ivanov ha descendido en las últimas semanas. Lo que interesa a la Alianza, según fuentes diplomáticas, es una relación fluida, que permita reconstruir la complicidad con Moscú, más que quién la protagonice. Algunos diplomáticos mantienen la incógnita de si el nombramiento entraña también claves internas sobre reparto de poder en Rusia.
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