La OTAN destruye la capacidad serbia de refinar petróleo para mover su Ejército
Aviones de la OTAN bombardearon ayer la refinería de Pancevo, junto a Belgrado, y la destruyeron completamente. La otra refinería de que dispone el régimen de Slobodan Milosevic para surtir de carburante a sus tanques tampoco puede producir, ya que ha sufrido varios bombardeos, aunque sólo está inutilizada, no destruida. Un reducido suministro de carburante continúa, sin embargo, llegando a Yugoslavia por mar. Los aliados se proponen lograr un nuevo embargo o un pacto para un bloqueo voluntario. El parte de objetivos alcanzados ayer por la OTAN incluye aeropuertos, vehículos militares e infraestructuras.
Los bombardeos fueron especialmente eficaces, gracias al favorable clima. Además de Pancevo, destruyeron en Kosovo 13 vehículos militares -entre blindados y tanques-, la planta de explosivos de Rakovika, y la pista de aterrizaje de Ponikva y dañaron otra defensa aérea, indicaron los portavoces de la OTAN. Mientras, se incrementaba en unas 20.000 personas el éxodo de albanokosovares a los países vecinos y se registraban nuevos incidentes entre fuerzas serbias y el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), cerca de la frontera albanesa. La destrucción de Pancevo eleva su paralización -ya lograda antes por bombardeos que la inutilizaron- a definitiva. Algo significativo, porque todo objetivo tocado, mientras no esté hundido puede recuperarse. Toda campaña militar es una manta de Penélope, se teje y desteje continuamente. "Milosevic no tiene ya capacidad de refinar crudo", concluyó el portavoz civil aliado, Jamie Shea. La otra refinería, en las afueras de Nis, está también inutilizada, aunque no destruida.
El bombardeo provocó una enorme humareda. Una periodista serbia preguntó si los aliados sabían que habían provocado "una catástrofe ecológica". "Provocan más humo los doscientos pueblos kosovares quemados por fuerzas serbias", replicó Shea. Y "si había tanto peligro medioambiental, ¿por qué las autoridades serbias no habían evacuado a los vecinos?", remachó.
¿Qué supone la desaparición de la refinería? Que se consolida el diagnóstico ofrecido hace hoy una semana por el presidente del Comité Militar, el general Klaus Naumann, a los 19 ministros de Exteriores. "El 70% de la capacidad de suministro de Milosevic está cortada", informó entonces. Aunque no pudo precisar hasta qué punto el 30% restante "es suficiente o no para que mantenga una capacidad de maniobra". El gasoil doméstico, eso sí, ha dejado de venderse.
Por eso los aliados examinan ahora las otras vías de aprovisionamiento. "Es inaceptable que mientras nuestros soldados están arriesgando sus vidas, sigan llegando suministros a Milosevic, por tierra y mar, que no son interceptados por países de la OTAN", protestó el canciller alemán, Gerhard Schröder, en una entrevista al The Washington Post.
Vías terrestres
Fuentes de la OTAN desmintieron que haya algún oleoducto activo entre Hungría -recién ingresada en la Alianza- y Serbia, aunque sí hay uno que conecta Hungría y Croacia. Budapest paralizó el anterior fin de semana un convoy ruso a Yugoslavia por contener armas y carburante. Pero Rumania y Bulgaria, países candidatos a adherirse a la OTAN, tienen también oleoductos con Serbia. "Les hemos pedido la máxima colaboración", indicaron fuentes aliadas. Por vía marítima, el carburante puede llegar al puerto montenegrino de Bar, pero no acceder por tren a Belgrado, pues la línea está cortada en Bosnia. La única salida para acercarlo a los tanques son los convoyes de camiones. Por vía fluvial, el Danubio, parece que la navegación está casi paralizada.
La Alianza sostiene que la solución para asegurar el colapso del suministro, además de militar, debe ser política. La resolución 1160 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que establecía el embargo de armas a Belgrado, se interpreta de dos maneras. Una, restrictiva, que afectaría estrictamente al armamento. Otra, más amplia, que también prohibiría la venta a Belgrado de todos aquellos materiales, como el petróleo, indispensables para su funcionamiento.
Los Diecinueve hacen esta última lectura. No les parece necesario -quizá porque es difícil, a causa de Rusia- lograr una nueva resolución que precise a su favor el alcance exacto de la resolución 1160. Se proponen un acuerdo político de la comunidad internacional para embargar el carburante, o bien una decisión de los Gobiernos implicados con carácter de autorregulación, que disuada a sus petroleras. Esto dejaría una única vía de escape, el tráfico de los barcos con bandera de conveniencia.
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