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GUERRA EN YUGOSLAVIA Las alternativas

Felipe González propone una acción común exterior de la UE ante la crisis en Yugoslavia

La decidida voluntad de Felipe González de impulsar un debate internacional sobre la construcción europea puso ayer de manifiesto cómo la guerra de Kosovo encierra en sí misma gran parte de los males que paralizan a Europa. Frente a la plaga de los nacionalismos excluyentes y la falta de un proyecto europeo que dé respuesta a los nuevos desafíos, Felipe González propuso impulsar la búsqueda de objetivos concretos en diversos ámbitos y, entre ellos, una acción común exterior de la Unión Europea en Yugoslavia y en toda la zona de los Balcanes.

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Convocados por la Fundación Alternativas, una quincena de personalidades del mundo de la política, la cultura y la economía se reunieron ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para analizar y debatir sobre la encrucijada en que se encuentra una Europa que cada día hace más verdad la vieja frase que la define como un "gigante económico y un enano político".González pretendía que el debate evitara analizar la guerra de Yugoslavia a fin de abarcar el conjunto de los problemas europeos. No fue posible, y el propio González se vio envuelto en una curiosa polémica con el ex presidente portugués Mario Soares. Fue la única voz abiertamente contraria a la acción de la OTAN en Yugoslavia -"los bombardeos no resuelven nada y crean más problemas", dijo Soares-, pero puso de manifiesto la pluralidad de opiniones que existen en la UE. Soares, un atlantista convencido, se mostró contrario a que la OTAN se convierta en el brazo armado de la "injerencia humanitaria", y pidió que no se margine a Rusia y China, miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en las decisiones sobre la paz y la guerra.

González le respondió con claridad y contundencia, y advirtió sobre la capacidad de manipulación del presidente serbio Slobodan Milosevic, un especialista, dijo, en ofrecerse a solucionar los problemas que él mismo crea. El ex presidente el Gobierno reprochó a los países aliados que hayan anunciado que no invadirían con fuerzas terrestres Kosovo, una confesión de debilidad que Milosevic intentará aprovechar al máximo.

Frente a la posición contraria a la intervención de Soares, contrastó la opinión del veterano comunista italiano Giorgio Napolitano, que llegó a invocar un artículo de la Carta de Naciones Unidas para justificar la intervención.

El moderador del debate, Nicolas Sartorius, impidió que se conociera más extensamente la opinión del candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, que dejó una frase llena de insinuaciones. "Temo", dijo, "una victoria militar de EE UU y una derrota política de la Unión Europea".

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En el debate, cuatro horas en sesión de mañana y más de tres en sesión de tarde, participaron también personalidades como Pasqual Maragall, Alberto Oliart, José Luis Leal, Pedro Solbes, Pere Portabella, Francisca Sauquillo, Antonio Garrigues Walker, Rosa Díez, Diego López Garrido, Victoria Camps y Juan Luis Cebrián, entre otros. El ex presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, verdadero animador, junto a González, de este debate que promueven una serie de fundaciones en diversos países de la Unión, disculpó su asistencia.

La guerra de Kosovo generó los momentos más intensos de la discusión. Así, el ex ministro de Defensa en la época de UCD Alberto Oliart llegó a calificar a Europa de protectorado militar de EE UU por voluntad de los propios europeos. González hizo suya la frase de Oliart y comentó: "Hay algo que es brutalmente cierto; Europa es un protectorado de EE UU, por dos razones: los europeos no nos fiamos de nosotros mismos, y es más cómodo no tener que gastarse en Defensa lo que se gastan ellos".

En respuesta a Soares, según el cual la OTAN es una organización defensiva que nunca debe lanzar el primer ataque, Oliart contó que Bernard Rogers, ex comandante jefe de la Alianza, le confesó que, en caso de conflicto con la ex URSS, la OTAN estaba preparada para lanzar un ataque en profundidad y establecer el frente a 400 o 1.000 kilómetros dentro de los países del Este para alejarlo de la zona industrial alemana.

González criticó las estériles polémicas nominalistas sobre si Europa debe o no ser federal, y pidió pasos concretos en ámbitos concretos, como la seguridad o la política exterior. Propuso que la UE legisle en común sobre cuatro o cinco delitos internacionales y se dote de los medios policiales comunes para combatirlos; que adopte acciones comunes exteriores -Yugoslavia, Oriente Próximo, Magreb- convencido de que sólo se hace camino al andar.

Su propuesta sobre Yugoslavia incluiría una acción global, política y económica, en los países que pueden verse desestabilizados durante años por la política xenófoba en los Balcanes.

González había abierto el debate planteando una revisión del acervo comunitario para saber qué queremos hacer los europeos y qué instituciones necesitamos que permitan a la UE trabajar y actuar con transparencia, y ganar en eficacia y prácticas democráticas. En su opinión, el problema de Europa, la falta de proyecto, no es ideológico, sino generacional. Los líderes de hoy carecen del impulso que tuvieron quienes conocieron el desastre de la II Guerra Mundial.

Los tres símbolos

Las armas, el dinero y la lengua

Por lo que se refiere al poderío militar, las armas, la unificación europea sigue siendo una "pax americana", según Cebrián; en lo que se refiere al dinero, se ha dado un paso positivo y se ha pasado del dólar, no del marco, al euro, verdadero medio de la identidad común europea; pero la lengua, en su opinión, es un factor impresionante de división en Europa, porque sobre la lengua se están construyendo los nacionalismos.Como periodista, Cebrián también quiso referirse a los medios de comunicación europeos. "Hay una televisión europea que es la CNN, que se hace en Atlanta [EEUU] y se hace en inglés; hay un periódico europeo desde hace mucho tiempo que es The Herald Tribune, que se hace en París con dos periódicos americanos y que se hace en ingles; y progresa otro medio de comunicación europeo que es el Financial Times que, progresivamente, se está convirtiendo en un medio de comunicación americano". Por eso, agregó, de los tres grandes símbolos de identificación social que reinan en Europa, "dos pertenecen a la "pax americana" y sobre el tercero, el euro, alguien estará pensando en EE UU cómo evitar que sustituya al dólar como medio de identidad social".

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