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Alerta de la OMS a los países vecinos de Malaisia por la encefalitis porcina

El virus ha causado la muerte de 117 personas

La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió ayer a los países que limitan con Malaisia que tomen "todas las medidas necesarias" para que la epidemia de encefalitis que castiga a este país, y que ya ha producido 117 muertes, no se expanda por el sureste asiático. El virus mortal tiene desconcertados a los expertos, que no conocen su procedencia ni el porqué de su velocísima capacidad de difusión. El Ejército de Malaisia ya ha sacrificado a más de 700.000 cerdos.

Los especialistas no se han puesto de acuerdo sobre cuál es el virus causante de la epidemia. En un principio, cuando se registraron las primeras muertes, en octubre del año pasado, los expertos aseguraron que se trataba del virus de la encefalitis japonesa. La encefalitis es una inflamación del encéfalo. Este virus se transmite de los cerdos a los humanos a través de las picaduras de los mosquitos, y sigue siendo, según la OMS, un virus mortal cuya entrada deben evitar los países limítrofes con Malaisia (Tailandia, Singapur, Indonesia y Brunei).Sin embargo, los especialistas estadounidenses del Centro para el Control de las Enfermedades (CDC) que llegaron a la zona hace tres semanas aseguran que el virus en cuestión es una variante del virus Hendra, localizado por primera vez en Australia en 1994. Tampoco hay acuerdo sobre la forma de contagio: los expertos del CDC sostienen que los campesinos también han podido infectarse a través del trato diario con los cerdos. La cifra de muertos tampoco es unánime: la OMS, en su comunicado, habla de 91, y los especialistas de Estados Unidos aseguran que son por lo menos 117.

Lo que ha estado claro desde el principio para el Gobierno malaisio es que el origen de la epidemia está en los cerdos. Por ello, y a pesar de los enormes beneficios que genera la industria porcina en este país -más de 60.000 millones de pesetas por año-, no ha tenido otra solución que sacrificar en masa a estos animales. Ya se han matado 700.000 cerdos en las regiones de Negeri Sembilan y en Perak. El Ejército tiene planeado sacrificar todavía otros 300.000 animales.

El Gobierno malaisio, mientras tanto, ha intentado por todos los medios mantener la calma, a pesar de las protestas de los granjeros -que no están de acuerdo con las compensaciones ofrecidas por cada animal muerto-, y no se ha cansado de repetir que las zonas turísticas y comerciales están libres de todo riesgo. Además, la epidemia coincide en Malaisia con un delicado momento político: el primer ministro, Mahathir Mohamad, está ingresado en un hospital desde hace una semana, con graves problemas pulmonares, y continúan todavía los ecos de la salida del Gobierno del poderoso ministro de Finanzas, Anwar Ibrahim, acusado de adulterio y sodomía.

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