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Muere a los 87 años el editor Giulio Einaudi

Su editorial, de línea antifascista, publicó a Gramsci, Pavese y Calvino, entre otros autores

Giulio Einaudi, el patriarca de los editores liberales italianos, falleció ayer en su casa de campo, cerca de Roma, a los 87 años de edad. Un infarto de miocardio acabó con la vida de uno de los más prestigiosos nombres en el sector editorial italiano, estrechamente ligado a la ciudad de Turín, que el miércoles próximo le rendirá un homenaje. Intelectuales de la talla de Norberto Bobbio; políticos como el primer ministro italiano, Massimo D'Alema, o el secretario general del Partido de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, recoradaron la figura del ya legendario editor.

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La noticia de la muerte de Giulio Einaudi -que Bobbio definió como una pieza clave en la difusión de una cultura liberal en Italia- fue dada a conocer por su hijo Ludovico. El editor será enterrado en el cementerio familiar de Dogliani, después de que el miércoles la ciudad de Turín, con todas las autoridades de la región de Piemonte a la cabeza, desfile por la capilla ardiente que será instalada en la ciudad.Einaudi, hijo del político liberal Luigi Einaudi, segundo presidente de la República italiana, dio desde el momento en que fundó la editorial que lleva su nombre, a partir de los años 30, cobijo a la cultura de izquierda en Italia. Hasta el punto de que algunos le pusieron el sobrenombre de "editor rojo", una etiqueta que siempre le molestó.

Giulio Einaudi, se defendió en cierta ocasión de este recurso a las clasificaciones señalando: "El editor está en medio de las diferentes tendencias. En Einaudi hemos publicado obras de mi padre, de Antonio Gramsci, o de De Felice, gente que ha trabajado con nosotros con pasión y con solvencia". Cesare Pavese e Italo Calvino figuran en la larga lista de autores que han dado prestigio a la editorial Einaudi.

Consternación

La noticia de la muerte del editor causó consternación en los círculos intelectuales y políticos de Turín, la ciudad de Einaudi, y en toda Italia. Para Inge Feltrinelli, miembro de otra conocida familia de editores, con él "ha muerto el último de los grandes del negocio editorial en Italia". "De jóvenes fuimos competidores, y era una dura competencia", añadió ayer Feltrinelli, "pero Giulio Einaudi era capaz de demostrar una gran humanidad".El escritor Antonio Tabucchi se refirió a la muerte de Einaudi considerándola "una gravísima pérdida para la cultura italiana, de la que ha fue durante muchos años gran protagonista". "Le conocía mucho, éramos amigos", declaró ayer el autor de Sostiene Pereira a la agencia de noticias italiana Ansa. "Me publicó muchos libros no de narrativa sino relacionados con traducciones. En 1970 fue precisamente él el que publicó mi tesis de licenciatura, un ensayo sobre literatura portuguesa".

Cuando en octubre de 1998 la Universidad de Turín le otorgó el título de doctor honoris causa, lo hizo para premiar su labor en tanto que creador de "uno de los centros editoriales y culturales más vivos e importantes de Italia y Europa en el último medio siglo". Un reconocimiento que define la labor de la editorial y de su creador capaz de arropar bajo su firma obras de calidad de un variado espectro político.

Identidad

Giulio Einaudi realizó su última visita a España la pasada primavera, con motivo del homenaje que se le rindió al que fuera su gran amigo el editor español Carlos Barral. En aquella ocasión, el editor italiano declaró que veía muy mal el actual panorama de la edición. "Las editoriales publican cualquier cosa. Una misma empresa puede sacar lo mismo textos de izquierdas que de derechas o de centro. Es imposible mantener unas señas de identidad propias en esta situación. Todas hacen lo mismo. He leído que en España se publican más de 48.000 títulos. Es una barbaridad. La gente cada vez va menos a las librerías y las editoriales hacen grandes operaciones de mercadotecnia a la americana. Para pagar la publicidad, por ejemplo, tienen que vender 50.000 ejemplares, que no venden. Las devoluciones son enormes. ¿Cómo se puede aguantar?".Sobre su paso a manos de Mondadori, del grupo Fininvest, a finales de los años ochenta, Einaudi dijo: "Sufrimos una crisis de crecimiento, teníamos la voluntad de crecer pero sin tener un capital propio. La presión de los bancos fue extenuante. Ahora estamos tranquilos. Somos muy y autónomos respecto al gran patrón .

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