Los ataques serán sistemáticos y más intensos
La OTAN lanza la segunda ofensiva y anuncia que continuará hasta destruir el Ejército yugoslavo
La OTAN no suspenderá sus ataques en Yugoslavia hasta lograr su objetivo: "Poner fin a la violencia y prevenir una nueva catástrofe humanitaria". Así lo afirmó ayer el secretario general de la Alianza, Javier Solana, que calificó de "éxito" las primeras incursiones aéreas lanzadas el miércoles. El Pentágono confirmó anoche que el segundo asalto aéreo lanzado contra Yugoslavia fue más "severo". La nueva oleada de la aviación aliada estuvo precedida por el lanzamiento de misiles de crucero. El jefe de las tropas aliadas en Europa, el general Wesley Clark, advirtió de que los ataques serán "sistemáticos y progresivos" hasta la destrucción de las fuerzas serbias si Slobodan Milosevic no se rinde antes.
El portavoz del Pentágono, Ken Bacon, precisó que los objetivos de ayer fueron "los sistemas de defensa antiaérea en toda Yugoslavia y los medios utilizados para la represión en Kosovo". El ataque comenzó, como el día anterior, con el lanzamiento de misiles de largo alcance Tomahawk desde el acorazado Philipine Sea, seguidos de los disparados desde el Gonzalez, dos de los buques norteamericanos que navegan por el Adriático. Esos misiles eran guiados hacia sus objetivos por satélites norteamericanos. Sólo desde Aviano (Italia) despegaron unos 65 aviones de varias nacionalidades. Todos los aparatos de la Alianza, algunos de los cuales bombardearon una fábrica de componentes militares en la ciudad de Trstenik, 160 kilómetros al sur de Belgrado, regresaron indemnes a sus bases en Italia tras haber alcanzado sus objetivos."Los informes iniciales señalan que los primeros ataques han sido llevados a cabo con éxito. Todos los aviones de la OTAN han regresado a sus bases", había afirmado horas antes Solana en la sede de la Alianza Atlántica en Bruselas. El secretario general de la Alianza fue muy contundente al señalar que sólo Milosevic puede parar los ataques. "Lo repito, tenemos la determinación de proseguir nuestras acciones hasta que hayamos logrado nuestros objetivos: poner fin a la violencia y prevenir una nueva catástrofe humanitaria".
El jefe supremo de las tropas aliadas en Europa, el general norteamericano Wesley Clark, fue aún más allá y pronosticó la destrucción del Ejército yugoslavo si Milosevic no cede a las demandas de la comunidad internacional: "Vamos a atacar de forma sistemática y progresiva hasta hacer pedazos, humillar, devastar y, finalmente -a menos que el presidente Milosevic se pliegue a las exigencias de la comunidad internacional- vamos a destruir sus fuerzas y sus instalaciones y apoyos".
Pero en los primeros ataques del miércoles por la noche la destrucción de los sistemas antiaéreos yugoslavos fue menor de lo esperado. No porque las fuerzas aliadas fallaran o porque las yugoslavas acertaran en su defensa. Fueron menores porque Milosevic "apenas enseñó sus defensas antiaéreas y si no se ven no se pueden destruir", afirmaron fuentes atlánticas. "Intentó defenderse sacando la aviación", añadieron estas fuentes. Las fuerzas aliadas abatieron tres Mig yugoslavos, según confirmó Clark. Dos fueron derribados por aviones norteamericanos, y el tercero, por cazas holandeses.
El hecho de que Milosevic preservara sus baterías antiaéreas tiene varias lecturas. Puede estar intentando alargar los combates para debilitar a la OTAN ante la opinión pública internacional con una agresión que dure semanas. O puede guardarlas precisamente porque cree que la intervención aliada puede durar semanas y las va a necesitar más adelante. O simplemente sabe que tarde o temprano deberá plegarse ante la OTAN y prefiere hacerlo sin que los aliados destruyan su complejo sistema de defensa.
El Pentágono dijo no conocer las razones por las cuales las fuerzas yugoslavas no utilizaron misiles antiaéreos para defenderse de los aviones de la OTAN en la primera noche de ataque y prefirieron utilizar sus aviones Mig-29. Otros aviones yugoslavos, según Bacon, fueron destruidos en las pistas.
Bacon dijo también que los misiles yugoslavos seguían siendo "muy peligrosos" y explicó que quizá la causa por la que no fueron lanzados la primera noche estribó en que el centro de mando antiaéreo había resultado dañado por misiles.
En Bruselas, ni Solana ni Clark quisieron hacer cábalas sobre la duración previsible de los combates ni sobre los daños causados hasta ahora. Insistieron en que "los ataques sólo tienen objetivos militares cuidadosamente elegidos y que pertenecen esencialmente al sistema de defensa aérea de la República Federativa de Yugoslavia". Aunque Clark admitió que nadie puede garantizar al 100% que no haya víctimas civiles.
Clark confirmó también que la primera oleada había sido lanzada sobre 40 objetivos del Ejército y de la policía especial yugoslava, aunque no quiso entrar en detalles.
El secretario general volvió a recordar: "No tenemos ningún contencioso con el pueblo de Yugoslavia. Nuestras acciones están dirigidas contra las políticas represivas del Gobierno yugoslavo, que se niega a respetar las normas de comportamiento civilizado en esta Europa de finales del siglo XX".
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