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El Ejército turco advierte que no tolerará un retraso de las elecciones

"El Pachá ha hablado". Bajo este expresivo titular, que aludía a los comandantes militares del antiguo Imperio Otomano, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Huseyin Kivrikoglu, recordaba en una entrevista publicada ayer por el diario Hurriyet quién manda en Turquía. "Nos preocupa que un retraso de las elecciones pueda abrir la puerta al caos", advirtió el general, que dirige el segundo Ejército más numeroso de la OTAN, una fuerza que ha protagonizado tres golpes de Estado en las cuatro últimas décadas.Como guardián de los principios del Estado laico y unitario fundado por Mustafá Kemal, Atatürk, hace 75 años, el Ejército turco no vacila en abandonar su teórico segundo plano si cree que el desgobierno emerge en las instituciones civiles. Así ocurrió hace apenas dos años, cuando el primer jefe de Gobierno islamista de la Turquía moderna, Necmettin Erbakan, se vio forzado a dimitir por las presiones castrenses.

Ahora se trata de las maniobras de un centenar de diputados de centro-derecha, irritados por no figurar en las listas para las elecciones legislativas del próximo 18 de abril, que han conseguido reabrir las sesiones del Parlamento y amenazan con una moción de censura al Gobierno, en minoría en la Cámara, del primer ministro Bulent Ecevit. Los parlamentarios islamistas, el grupo más numeroso del Legislativo, se han subido inmediatamente al carro de la confusión para intentar abolir la legislación que prohíbe el uso de la religión en la vida política.

"La abolición [de dicha legislación] puede producir el caos. El país no puede admitirlo", salió al paso el general Kivrikoglu. El presidente turco, Suleymán Demirel, y el primer ministro, Ecevit, se hicieron inmediato eco del malestar en las filas del Ejército. "Las elecciones se celebrarán el 18 de abril", garantizaban sendos comunicados del poder civil, que fueron saludados por la Bolsa de Estambul con una subida del 2,23%.

Ola de atentados

Todo esto sucede en medio del pánico que se ha extendido entre la población turca tras la ola de atentados ligados a la detención del líder de la guerrilla independentista kurda, Abdalá Ocalan. Ayer una nueva bomba dejó cuatro heridos en una barriada periférica de del este de Estambul, la principal ciudad del país.

Cuando aún no se ha fijado la fecha del juicio del jefe del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), capturado hace un mes en Kenia por un comando de los servicios de espionaje turcos, los abogados de Ocalan difundieron ayer un comunicado del detenido en el que dice desear "verdadera paz y democracia para Turquía". Ocalan deja entender que basará su defensa en el llamamiento al alto el fuego unilateral lanzado por su organización el pasado mes de septiembre, que fue rechazado de plano por Ankara: "La postura que hemos mantenido desde 1993 [fecha de la primera tregua del PKK] será la línea de mi defensa".

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