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La RDA trató de exhibir la momia de Goethe como la de Lenin

Pilar Bonet

Científicos y funcionarios de la República Democrática Alemana (RDA) abrieron el sarcófago de Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) en una discreta operación llevada a cabo en 1970, cuyo fin era buscar un modo de preservar los restos mortales del escritor alemán, de cuyo nacimiento se conmemora este año el 250º aniversario. Entre las opciones consideradas entonces por las autoridades de la RDA se barajó la de momificarlo a imagen y semejanza de la momia de Vladímir Ilich Lenin. Sin embargo, el estado del cadáver impidió colocar los restos en una urna de cristal a la vista del público como la de Lenin.Esta macabra historia era publicada ayer por el Frankfurter Allgemeine Zeitung en su primera página. La operación se llevó a cabo sigilosamente en una noche de noviembre. El periódico publicaba extractos de los protocolos que documentan la exhumación del cadáver. Los restos de Goethe y de Schiller se conservan en la ciudad de Weimar, que este año ha sido declarada Capital Cultural de Europa.

Formalmente, las autoridades de la RDA exhumaron el cadáver para proceder una reparación en la cerradura del sarcófago. A la vista del estado de los restos, los científicos llegaron a la conclusión de que lo mejor era limpiarlos con detergente en una operación de "maceración". En dos ocasiones, siempre por la noche, el cadáver fue transportado en un carretón por las viejas calles de Weimar. Finalmente, debidamente limpiado y con la corona de laurel original debidamente restaurada, volvió a ser colocado en su sitio, en la Cripta de los Príncipes. Sin embargo, faltaba la mortaja, que había sido enviada a Berlín para ser analizada, y que se guardó en el museo de Schiller de Weimar.

Llamamiento a la calma

El esqueleto, de 166,5 centímetros, corresponde a un hombre de 169 centímetros. La fundación Los Clásicos de Weimar ha anunciado un estudio científico del tema. El cadáver de Schiller sufrió un procedimiento semejante en 1959. Los sarcófagos de ambos escritores son visitados anualmente por decenas de miles de personas y existe la sospecha de que los restos de Schiller pueden no ser auténticos. La fundación Los Clásicos de Weimar se ha negado hasta ahora a realizar un análisis del ADN de los huesos. Una portavoz de la fundación instó a valorar el procedimiento sufrido por los restos de Goethe como un intento de preservarlos para la posteridad y señaló que hoy no se actuaría de la misma manera. El director de la fundación, Jürgen Seifert, dijo ayer en Weimar que la exhumación de los restos había sido una acción discreta pero no un secreto, y exhortó a tratar con calma el tema.

La RDA se consideraba heredera de las tradiciones humanistas de los clásicos de Weimar, así como de Martin Luther y del canciller Bismark o el rey de Prusia, Federico II. El ministro de cultura del land (Estado Federal) de Turingia, Gerd Schuchard, ha dicho que ordenará un estudio de las circunstancias que rodearon la exhumación del cadáver.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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