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La Unión Europea pide a Ucrania el cierre inmediato del reactor reabierto en Chernóbil

La UE reafirma su compromiso de apoyo al desarrollo económico del país

La Comisión Europea, por medio de su comisario de Energía, Jristos Paputsis, pidió ayer a Ucrania el cierre inmediato del tercer reactor de Chernóbil, que se puso en marcha de nuevo el pasado domingo, en lo que significa la reapertura de la central que en 1986 sufrió el peor desastre de la energía atómica civil. El Gobierno ucranio, al reabrir Chernóbil, pretende presionar al G-7 (los siete países más desarrollados) para financiar otras dos instalaciones nucleares. Paputsis matizó su exigencia con la garantía de que la UE sigue "comprometida" con el desarrollo de Ucrania.

"Hago un llamamiento al Gobierno de Ucrania", dijo Paputsis en un comunicado, "para que vuelva a plantearse su decisión y acelere el cierre del tercer reactor de Chernóbil". Al tiempo aseguró que la Comisión Europea sigue enteramente comprometida en favor de un apoyo al desarrollo económico y social de Ucrania.El comisario de Energía expresó igualmente su "muy honda preocupación ante esa decisión de las autoridades ucranias, que podría incrementar los riesgos que corren los trabajadores de la central y el público en general, incluida la comunidad mundial".

Según Paputsis, los expertos internacionales han determinado que "la única solución aceptable para la central es su cierre urgente", y precisó que la Comisión había aumentado su cooperación con Ucrania para una reforma del mercado eléctrico que facilitaría el cierre de Chernóbil. Una primera reunión del grupo de trabajo encargado del tema está prevista para hoy. "La puesta en marcha de Chernóbil no puede ser considerada como una señal de apoyo a esa tarea", subrayó Paputsis.

En 1998, el tercer reactor de Chernóbil proporcionó el 6% de la energía nuclear del país, pero sufrió un parón de tres meses por averías. De hecho, es el único reactor de la central que ha podido funcionar con cierta normalidad desde la catástrofe: el cuarto, donde se originó el desastre, está cubierto por un sarcófago de cemento, pero con numerosos escapes de radiactividad; el segundo fue destruido en 1991 por un incendio, y el primero se cerró en 1996 por el acuerdo internacional que prevé la clausura definitiva de Chernóbil en el año 2000.

Ucrania exige al Grupo de los Siete unos 200.000 millones de pesetas para sustituir Chernóbil por otras dos centrales, en Rovno y Jmelnitski, aunque la agencia nuclear de la UE, Euratom, calcula que el coste será un 65% más alto.

La reapertura del tercer reactor es legal, desde el punto de vista de Kiev, que afirma que el acuerdo internacional no obliga a cerrar Chernóbil hasta el año 2000. Los trabajadores de la central amenazan con una huelga, pues no ven posibilidad cercana de recibir su sueldo.

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