El alcalde: "No tengo ni idea de a quién pertenece el terreno"
Hace unos días, un periódico de Murcia, La opinión, publicó una viñeta sobre el Plan General de Ordenación Urbana donde se veía una gran aglomeración de coches, unos encima de otros bajo un letrero: "La ciudad". En el dibujo de al lado, el atasco era de edificios, un rascacielos contra otro, y un letrero que explicaba: "La huerta". El PGOU que pretende sacar adelante el gobierno del PP con su abrumadora mayoría -18 concejales contra 7 del PSOE, tres de Izquierda Unida y uno de Nueva Izquierda- tiene como rasgo fundamental el incremento del terreno urbanizable. Y uno de los aspectos que más llama la atención es que la fiebre constructora no se para en el llano, sino que quiere triscar entre pinos y matorrales.Al tratarse de una zona protegida -donde sólo habían osado entrar los propietarios de las numerosas construcciones ilegales- el equipo redactor del PGOU se inventó una nueva calificación -el Borde Serrano- para desespero de los ecologistas y amantes de la naturaleza en general. A este respecto, el alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara Botia, del PP, declaró ayer a EL PAÍS que con la nueva denominación de Borde Serrano "se pretende precisamente evitar la degradación del entorno del parque".
Según el alcalde, "la experiencia demuestra que el terreno que no es de nadie, nadie lo cuida, y teníamos muchas solicitudes de los vecinos del preparque para que le diéramos una solución al tema; el PGOU es por el bien de la ciudad".
Sobre la gran cantidad de superficie que durante los últimos años ha venido acumulando la familia Fuertes, Cámara declara: "No tengo ni idea de cuánto terreno tiene ese grupo, ni dónde lo tiene; el PGOU se ha redactado sin saber ni tener en cuenta de quién es el terreno y sólo atendiendo a las necesidades de la ciudad y de las pedanías".
"Murcia", explicó gráficamente el alcalde, "se parece ahora mismo a un jamón hacia el norte, y nosotros intentamos convertirla en una circunferencia, en un desarrollo armonioso". El alcalde se refiere a la complejidad del término municipal de Murcia para justificar la gran cantidad de críticas -11.000 alegaciones, 22.000 firmas en contra- que ha cosechado el PGOU.
De los 360.000 habitantes, más de la mitad vive en las 52 pedanías, algunas de sólo 100 habitantes y otras que superan los 17.000. La red de alcantarillado, como dato ilustrativo, es más grande que la de Barcelona.
La zona de Murcia que más protege el PGOU es el Este de la ciudad, casualmente donde menos terreno ha comprado el grupo Fuertes en los últimos años.
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