Cultura negocia la compra de un edificio para ampliar el espacio del Museo Thyssen

El Ministerio de Educación y Cultura negocia con una sociedad que representa a los propietarios de la casa de la familia Goyeneche, colindante con el jardín del Palacio de Villahermosa, la compra de esa finca para ampliar el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. El palacio, catalogado de máximo interés histórico artístico, está situado en la esquina de las calles Zorrilla y Marqués de Cubas y data de 1915. Su superficie (unos 3.000 metros cuadrados) podría alojar la colección, hoy itinerante, de Carmen Cervera. La operación, declarada confidencial por Cultura, puede quedar cerrada en un mes.

Tanto el museo como el Ministerio de Educación y Cultura reconocen la existencia del interés en ampliar el espacio y las dependencias del museo, y admiten la existencia de negociaciones para la adquisición de la finca propiedad de la familia Goyeneche Moreno. Ambas instituciones guardan silencio total sobre el posible coste y la actual situación de la operación inmobiliaria y museística. Dar publicidad a ese interés, dicen las dos partes, podría elevar el precio de una compra que en principio se calcula superará los 1.000 millones de pesetas, lo que no parece una cifra exagerada dada la superficie total del inmueble, que, a falta de los datos del catastro, es estimada en fuentes cercanas a la operación en unos 3.000 metros cuadrados.Ministerio y museo han entrado en contacto con varias instituciones bancarias -entre ellas, Cajamadrid- para financiar la compra, pero de momento ninguna ha mostrado interés en colaborar. Cultura alega un motivo más para ser discretos: se trata de una operación complicada técnicamente, pues el Estado compra un inmueble a un particular y se lo cede después a una fundación privada, lo que origina una compleja situación jurídica.

La parte más importante de la colección Thyssen Bormemisza fue adquirida por el Estado español, en 1994, por un monto total de 40.000 millones de pesetas. El palacio de Villahermosa, que fue construido entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, alberga en estos momentos cerca de 800 obras en 6.000 metros cuadrados.

Según fuentes próximas a la negociación, el trato entre Cultura y los dueños del inmueble, la aristocrática familia Goyeneche Moreno -que está siendo representada en las negociaciones por una sociedad cuyo nombre no se ha dado a conocer-, está muy cerca de cerrarse. Según sugiere el propio museo, en un plazo inferior a un mes podría anunciarse la adquisición final.

La casa familiar de los Goyeneche fue construida hacia 1915, está situada en el número 19 de la Calle del Marqués de Cubas y ocupa una superficie cuadrada que ofrece numerosas posibilidades para la ampliación del museo, desde la instalación de nuevas oficinas hasta el depósito y exhibición de la colección de Carmen Cervera, que en este momento viaja por todo el mundo.

Una parte de la familia Goyeneche Moreno ocupa en este momento dos de las cinco plantas de la finca (hay una situada a la altura de la calle). El hermano mayor, Alfredo Goyeneche, actual presidente del Comité Olímpico Español, mantiene allí su estudio de arquitectura. Hay además otras oficinas y un local arrendado por el Insalud, al que se accede por Marqués de Cubas.

La fachada sureste de la casa linda en su totalidad con el jardín del museo, pero hay, a priori, un problema que podría dificultar la posible ampliación. El edificio de los Goyeneche está catalogado como bien de máximo interés arquitectónico por el Plan de Protección Histórico Artístico, lo que lo convierte en intocable, salvo que se apruebe un plan específico de actuación que debería elaborar la comisión conjunta de Protección del Patrimonio, es decir Ayuntamiento y Comunidad.

Según la ficha del edificio que guarda el Archivo histórico madrileño, se trata de un inmueble singular de máxima proteción, y tanto la fachada como el interior -el portal está revestido en madera y azulejos- tienen gran valor artístico. Al estar catalogado en la ordenanza "Número 1, grado 5", cualquier actuación, rehabilitación o remodelación, "y mucho más un cambio de uso para museo como el que se necesitaría, requeriría la aprobación de ese plan específico", afirman en el Archivo.