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39 obras nunca expuestas de Sunyer se exhiben en Barcelona

El pintor Joaquim Sunyer (Sitges, 1874-1956) recorrió diversos vericuetos artísticos hasta llegar a un estilo genuino que encajó con los presupuestos del Noucentisme. El camino andado hasta llegar a su definitiva manera de pintar, que se manifestó sobre todo en paisajes de inspiración mediterránea y en retratos, puede comprobarse en la exposición Joaquim Sunyer: la construcción de una mirada, que desde hoy puede visitarse en el Museo de Arte Moderno de Barcelona.Las obras expuestas, entre las que se encuentran óleos, grabados y pasteles, han sido prestadas por coleccionistas privados e instituciones, entre las que se encuentran el Museo de Bellas Artes de Bilbao, la Biblioteca Nacional de París, la Biblioteca de Catalunya, el Musée de Petit Palais de Ginebra, el Archivo Maragall y el Museu Nacional d"Art de Catalunya. De las 84 obras expuestas, 39 se presentan en público por primera vez. La exposición podrá verse hasta el 21 de abril. Tras su clausura viajará posteriormente a Madrid, donde podrá contemplarse del 5 de mayo al 5 de julio en la Fundación Cultural Mapfre Vida.

Las comisarias de la exposición, Cristina Mendoza y Mercè Doñate, han dividido la muestra en cuatro apartados que pretenden mostrar la evolución del artista hasta llegar a su forma definitiva de entender la pintura. Cronológicamente, la exhibición se inicia en 1896 y concluye en 1923. A partir de ese momento el estilo de Sunyer ya estaba definido, y su pintura posterior a esa fecha, aunque prolífica, no aportaría ningún elemento novedoso a su trabajo anterior.

En París

La primera etapa en la que se ha dividido la exposición es La época de París 1896-1909. Es en ese momento en el que el joven pintor se abre camino absorbiendo la multitud de influencias que le ofrece el bullicioso París artístico. Hay en los cuadros expuestos marcadas influencias de pintores como Degas, Monet, Renoir y Bonnard. Los ambientes que refleja en esta etapa son más bien de corte popular, como las escenas de descarga en los muelles del Sena. El óleo Matinée (canal Saint Martin), realizado entre 1898 y 1900, es un ejemplo de esta visión. También se exhiben de esa etapa numerosos grabados que reflejan ambientes un tanto sórdidos, que seguramente reflejaban la precariedad de la situación en que vivía. También se exhiben pasteles como French Can-can (1902), en los que retrata el mundo de los cabarés y donde se deja entrever el trabajo previo de Toulosse-Lautrec.

La segunda parte de la muestra, Hacia un nuevo lenguaje 1909-1900, recoge el significativo cambio que experimenta al volver de París e instalarse en Sitges. Imágenes plenamente mediterráneas se inscriben en esta etapa.

La trayectoria de Sunyer prosiguió hasta consolidarse como el pintor que expresó el sentimiento noucentista con obras como Mediterrània y Pastoral, también presentes en la exposición.

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