CiU vuelca sobre Maragall su irritación por el fiasco del decreto del cine en catalán
La cúpula de CiU volcó ayer sobre el rival socialista de Jordi Pujol, Pasqual Maragall, su irritación por fiasco del decreto sobre el doblaje de cine al catalán. Los nacionalistas acusaron a Maragall de haber roto el consenso sobre el que se sustentaba la ley del catalán, aprobada con el apoyo de CiU, el PSC, IC y el PI. El presidente de la Generalitat reiteró que, tras la suspensión judicial de las sanciones del decreto del cine en catalán, su Gobierno se volcará en la negociación con la industria de Hollywood antes que plantear una reforma de la Ley de Política Lingüística que revalide las sanciones del decreto.
El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat reiteró ayer que su partido no ayudará al Gobierno de Pujol a salir del atolladero en el que lo han colocado, primero, la negativa de la industria cinematográfica estadounidense a doblar sus películas al catalán y, después, la suspensión cautelar del capítulo sancionador del decreto del Gobierno catalán, dictada la semana pasada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). "Si se han equivocado, que lo arreglen ellos", sentenció Maragall en la localidad barcelonesa de Rubí, informa Miguel Ángel Luque. El comité de enlace de la coalición CiU se remitió ayer a estas declaraciones de Maragall para tratar de poner al candidato socialista en el punto de mira de la polémica. El secretario general de Convergència y portavoz de la cúpula de CiU, Pere Esteve, acusó al exalcalde de Barcelona de dinamitar de forma "poco responsable" el consenso sobre la ley del catalán. Los nacionalistas esperan, no obstante, que la posición de Maragall no sea la postura definitiva del PSC. Esta esperanza, según Esteve, se fundamenta en la convicción de la dirección nacionalista de que las opiniones del candidato socialista "suelen seguir una línea errática". Los máximos dirigentes de CiU, con Pujol y el democristiano Duran en cabeza, convinieron ayer en los riesgos políticos y, sobre todo, electorales que supondría abordar ahora, a ocho meses de la cita con las urnas autonómicas, una reforma de la ley del catalán sin disponer del apoyo garantizado del PSC; es decir, con el único respaldo de los independentistas de ERC y el PI. Esta vía podría encender una hoguera preelectoral de resultados inciertos. Duran insistió en la reunión en que un eventual retoque de la ley debería contar, como mínimo, con los mismos apoyos parlamentarios que cuando fue aprobada. "Por supuesto que sí", respondió Pujol, según fuentes de la dirección nacionalista. Santa Coloma y Los Ángeles Pujol dejó claro que ahora la prioridad de CiU debe ser la negociación con la industria cinematográfica y que después de eso ya habrá tiempo para abordar una reforma de ley que los nacionalistas consideran, por otra parte, imprescindible. Al término de la reunión, Esteve también aclaró que CiU no tendrá urgencia para reformar la ley. Esteve subrayó que el conflicto sobre las cuotas de cine en catalán no es un asunto que preocupe hoy a la ciudadanía catalana, sino simplemente a las multinacionales estadounidenses. "El problema no está en Santa Coloma, sino en Los Ángeles", ilustró Esteve tomando prestado un símil de Pujol. Pese a que CiU no contempla con premura una posible reforma legislativa, el consejero de Cultura del Gobierno catalán, Joan Maria Pujals, insistió ayer en que esa modificación podría hacerse por la vía de una ley de artículo único, de la que días atrás dijo que podría estar aprobada por el Parlament en cuestión de dos meses. En cualquier caso, los nacionalistas seguirán insistiendo en presentar la negativa del PSC a apoyar la reforma como una deslealtad hacia el consenso político del que nació la ley del catalán. Pujol, según fuentes de CiU, está decidido a implicar a los socialistas en una reforma de la ley y, en caso de negativa de éstos, a emplazarlos a justificar su postura. Los nacionalistas entienden que la posición del PSC responde exclusivamente a intereses electoralistas, pues no se trata de sancionar a ciudadanos particulares ni comerciantes, a lo que los socialistas siempre se opusieron, sino a grandes multinacionales estadounidenses. Por la tarde, en la fiesta de inauguración de Catalunya Cultura, Pujol habló de la existencia de una campaña contra Cataluña. En concreto, precisó, "contra la moral, la autoestima y la confianza catalanas", en la que, según el presidente, se ha destacado lo negativo de Cataluña. Por ejemplo, que no tiene un Nobel, ni cine en catalán, y que se trata de una nación que es "poca cosa".PASA A LA PÁGINA 4
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