El hígado artificial puede salvar a enfermos con fallo hepático agudo

Los enfermos en situación de fallo hepático agudo pendientes de ser sometidos a un trasplante de hígado disponen ahora de una nueva oportunidad: el hígado bioartificial. El hospital Reina Sofía de Córdoba acaba de instalar uno de estos aparatos y el hospital Clínico de Barcelona dispone de otro. El hígado bioartificial es una máquina que, partiendo de los mismos principios que la diálisis, realiza labores de limpieza del plasma sanguíneo del enfermo a la vez que le aporta determinados componentes celulares (hepatocitos de cerdo) capaces de compensar el mal funcionamiento del hígado.

"El fallo hepático agudo tiene una mortalidad muy alta y la muerte suele producirse en muy poco tiempo", señala José Luis Montero, del servicio de Patología Digestiva del hospital Reina Sofía. "Las personas que se encuentran en esta situación requieren un trasplante inmediato. Pero muchas veces no hay disponible un hígado compatible. En estos casos, el hígado bioartificial puede mantener al paciente en buen estado mientras conseguimos un órgano adecuado para él".

El hospital Reina Sofía estima que durante este año podrán beneficiarse del nuevo aparato una docena de pacientes. La incidencia de fallo hepático agudo es de alrededor de un caso por cada 700.000 habitantes, de modo que el hospital cordobés está en condiciones de atender prácticamente todos los que se produzcan en Andalucía. Los enfermos tratados han de pasar una media de seis horas diarias conectados a la máquina para asegurar las funciones hepáticas.

Programa experimental

Se puede llegar a una situación de fallo hepático agudo por múltiples causas; entre ellas, una infección aguda por virus de la hepatitis B, una reacción de tipo tóxico causada por la ingestión de un fármaco o una crisis de rechazo del injerto tras un trasplante. Durante los 10 años que el hígado bioartificial ha estado en experimentación en EE UU, "primero con animales y luego con personas, siguiendo rigurosos protocolos aprobados por la FDA", aclara Montero, el número de pacientes que lo han utilizado sobrepasa el medio centenar. En conjunto, los resultados obtenidos han sido satisfactorios y en algún caso el vuelco ha sido espectacular: la aportación de hepatocitos de cerdo a través de la máquina ha permitido incluso curar al enfermo. El porcentaje de supervivencia de las personas tratadas con un hígado bioartificial, incluyendo aquéllas a las que se les realiza el trasplante, es del 90%. Según José Luis Montero, en una enfermedad como ésta, en la que la mortalidad ronda el 98%, es un gran logro alcanzar una supervivencia tan alta.

Tanto el aparato del hospital Reina Sofía de Córdoba como el instalado en el Clínico de Barcelona forman parte de un programa experimental de la empresa americana Circe Biomedical destinado a probar la eficacia del tratamiento en un número más amplio de pacientes.

Este programa, de un año de duración, prevé instalar el mismo prototipo de aparato que el instalado en España en diferentes hospitales de Francia, Alemania y Bélgica. De momento se probará en personas que sufren fallos hepáticos agudos, pero está previsto extender la investigación a otras patologías hepáticas.