La Universidad Rovira i Virgili exigirá el catalán a todo su personal
Más de cinco horas necesitó el pasado jueves el claustro de la Universitat Rovira i Virgili (URV) de Tarragona para aprobar el primer reglamento de uso lingüístico del catalán que se adapta a la nueva ley de Política Lingüística de Cataluña. El catalán será a partir de ahora la lengua propia, oficial y exclusiva de la URV, y se exigirá su conocimiento, oral y escrito, tanto al profesorado como a todo el personal no docente.
La nueva normativa fue aprobada en la noche del jueves por 48 votos a favor, 19 en contra y tres abstenciones, después de una maratoniana y a veces tensa discusión de 77 enmiendas presentadas al texto original. La mayoría de las enmiendas eran de signo ideológico totalmente contrario. Por una parte, las que defendían propuestas más en la línea nacionalista y por otra, las que acusaban al reglamento de discriminación lingüística respecto al castellano.Cinco años ha tardado la comisión de Política Lingüística de la URV en elaborar un reglamento satisfactorio para la mayoría del claustro universitario. A pesar de la favorable disposición del rector, Lluís Arola, por consensuar un texto normativo y de sus llamadas conciliatorias, el reglamento nació sin que fuera del pleno agrado de nadie. Mientras unos lo calificaron de "insuficiente", otros lo tildaron de "discriminatorio hacia el castellano" y propio de la ideología política nacionalista de CiU. Los artículos que provocaron las discusiones más acaloradas fueron aquellos que se referían a la obligatoriedad del personal docente de acreditar un "nivel suficiente de conocimientos del catalán" y si debía considerarse o no como un criterio más de promoción interna. Las enmiendas presentadas por un grupo de profesores, algunos de ellos pertenecientes al Foro Babel (que defiende que el castellano no pierda terreno en Cataluña), pedían la sustitución de "nivel suficiente" por el de comprensión oral y escrita, y también la anulación del segundo punto. Todas estas enmiendas fueron rechazadas.
Todos los nuevos profesores que opten a una plaza en la URV dispondrán de dos años para acreditar un conocimiento real de la lengua catalana. El pasado jueves, nadie del equipo rectoral quiso especificar ante el claustro el nivel que se exigirá, aunque fuentes de la universidad informaron ayer a este periódico que éste será análogo al Nivel C de las pruebas que convoca la Generalitat.
El conocimiento del catalán puntuará para optar a concursos de promoción interna, aspirar a una nueva plaza y se tendrá en cuenta en la evaluación académica del personal docente.
Sin embargo, los profesores no tendrán la obligación de dar sus clases en catalán, ya que una enmienda en este sentido fue rechazada por 31 votos contra 21. Ello hubiera comportado que algunas asignaturas, donde tan sólo hay un grupo, se expusieran solamente en este idioma. Luis Fernando Valero, profesor de Pedagogía Social y miembro del Foro Babel, resumía así el articulado del reglamento: "En igualdad de condiciones para obtener por ejemplo una beca, la obtendrá quien hable catalán". El reglamento afectará a todo el personal de la URV. Los no docentes (administrativos principalmente) tendrán un periodo transitorio de tres años para acreditar un conocimiento oral y escrito del catalán. Incluso, también estará obligado a ello todo el personal que pertenezca a empresa privadas de servicios contratadas por la universidad. Es decir, la señora de la limpieza que trabaje para la URV deberá hablar, escribir y entender el catalán.
Asimismo, el catalán será la lengua en la que el personal de servicios y administración tendrá que dirigirse al público, excepto si alguien pide ser atendido en castellano. Toda la correspondencia oficial de la URV será obligatoriamente en catalán, incluso aquella dirigida fuera del ámbito lingüístico propio, aunque se acompañará la traducción. Este también será el idioma en el que se redacten los contratos, convenios con otras universidades tanto de España como extranjeras.
