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Reportaje:

La revolución biológica

Los estudios de las ciencias de la vida se adaptan al mercado y a la investigación

La biología copa los titulares de la prensa internacional: un análisis del ADN obliga a reclasificar el reino de las plantas; descifrado el primer genoma de un animal, el gusano Caenorhabditis elegans; mediante el cultivo en el laboratorio de células humanas se ha conseguido formar cualquier tipo de tejido adulto para trasplantes; la ingeniería genética abre nueva estrategias en la lucha contra el sida...La vertiginosa velocidad a la que corren los avances científicos y el consiguiente vuelco que experimentan con ello las diferentes áreas de la biología han obligado a someter a una auténtica revolución los estudios universitarios de esa ciencia.

Se han abierto nuevas áreas de trabajo y de formación de estos profesionales, y el perfil de los licenciados que llevan sólo un par de años saliendo de las aulas con el nuevo título de biólogo bajo el brazo nada tiene que ver con el de décadas anteriores. Los nuevos planes de estudios son más prácticos, los estudiantes se pasan la mitad de la carrera entre tubos de ensayo y las especializaciones hacia las que se les enfoca están a la orden del día: genética, medio ambiente, biotecnología, biología sanitaria o neurobiología.

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Ha habido que adaptar los estudios a las demandas de la sociedad, sobre todo en el ámbito europeo, explica el presidente de la Conferencia Española de Decanos de Biología y decano de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense, de Madrid, Rafael Hernández Tristán. Esta reforma era urgente: "Había una falta de sintonía entre lo que se enseñaba en la carrera y la producción científica que se hacía en los departamentos universitarios desde comienzos de los años ochenta", dice el decano. "Los departamentos se modernizaron, empezaron los intercambios con profesores de otros países, pero eso no llegaba a los planes", añade.

Los decanos de los centros en los que se imparten estudios de biología, que forman el consejo español, elaboraron una declaración el pasado mes de abril en la que se analizaba la situación y las perspectivas de la biología en España. Su intención quedaba clara al final del documento: "Contribuir a la tarea de mejorar el prestigio y la competencia de la biología española". Para ello, han hecho un análisis de la situación y las perspectivas de futuro de los licenciados.

Cerca del empleo

Acercar la Universidad al mundo laboral es otro de los objetivos que se persiguen con los nuevos planes de estudios. Algunos centros, como la Complutense o la Universidad de Barcelona, han empezado a buscar prácticas a los estudiantes en empresas y laboratorios.El presidente del Colegio Oficial de Biólogos, Pere Camprubí, resalta en su libro La profesión de biólogo una serie de aspectos que han tenido gran relevancia en el desarrollo de la profesión de biólogo: la revolución científico-técnica, la globalización de la economía y de las relaciones interprofesionales, la conciencia ambiental, los sistemas tecnológicos que están surgiendo y el crecimiento de los servicios.

En España se imparte la licenciatura de biología en 26 universidades públicas y una privada (Navarra), y en ellas estudian alrededor de 25.000 alumnos. Los nuevos planes de estudios están formados por entre 300 y 350 créditos (cada uno equivale a 10 horas de clase), distribuidos en la mayoría de los centros en cinco años. Estos planes se caracterizan por su énfasis en la enseñanza práctica, la incorporación de prácticas en empresas, la interdisciplinariedad de las prácticas y la aplicación de los conocimientos introducidos en las asignaturas troncales (obligatorias en todo el país) del segundo ciclo.

Según dice Miquel Salicrú, decano de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, el oficio del biólogo ha cambiado radicalmente al evolucionar hacia campos muy diversos, y también han variado las perspectivas de trabajo debido al desarrollo que está alcanzando la industria basada en la biología y a la actitud de la sociedad sobre la calidad de vida y el respeto al entorno.

Este decano menciona dos áreas con futuro que han incorporado como especialidades universidades como la suya: biotecnología y biología sanitaria. Salicrú cree que estos cambios deben influir en los planes de estudios, que deben "poner de manifiesto los problemas que quedan por resolver". Y añade que ahora el principal reto es "el perfeccionamiento de la biotecnología, con vastas implicaciones en el mundo sanitario, industrial y agropecuario: el siglo XXI será el de la biotecnología".

El director del máster de Política y Gestión Medioambiental de la Universidad Carlos III, de Madrid, Andrés Betancor, habla también del cambio que se ha producido: "Ya nadie puede pensar que los biólogos son furiosos defensores de la naturaleza. Ahora aprenden a trabajar dentro de las empresas, en departamentos nuevos, como son los de medio ambiente".

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