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Seis compañeros de un policía de Granada denunciado por maltrato, investigados por acceder al sistema VioGén para localizar a la víctima

A la espera de juicio, la Fiscalía pide casi siete años de cárcel para el agente, que además es subinspector y que ha sido detenido más de 10 veces por quebrantar la orden de alejamiento de su expareja

Agentes de policía local salen de la comisaria en Granada, el 18 de febrero.
Javier Arroyo

Cuatro policías locales de Granada han declarado este miércoles ante una jueza de instrucción granadina por un presunto delito de revelación y descubrimiento de secretos, tras la denuncia de una víctima de violencia machista. La investigación incluye a siete agentes, de los que aún faltan por declarar otros tres. Uno de estos, que es subinspector, ha sido denunciado por su expareja en múltiples ocasiones por maltrato físico y psíquico a ella y sus dos hijas. La jueza quiere conocer por qué y para qué estos agentes consultaron hasta 48 veces en un año los datos de la denunciante en el sistema VioGén, la herramienta del Ministerio de Interior para seguimiento y protección de mujeres víctimas de violencia de género, accesible solo para agentes designados específicamente.

Seis de los agentes investigados pertenecen al grupo de Mujer y Menores (Grumume); el séptimo es el presunto maltratador. Un informe firmado por el anterior superintendente de la Policía Local —que dimitió en febrero al conocerse una investigación policial por corrupción en la que estaba presuntamente involucrado él y varios de sus subordinados— indica que el responsable policial abrió un expediente disciplinario al agente denunciado por su expareja y autorizó a tres policías a acceder a VioGén “para obtener la información necesaria” para el expediente.

No obstante, los seis hicieron consultas según una investigación de la Guardia Civil. La defensa de la víctima insiste en que el superintendente no tenía autoridad para dar ese permiso y que las búsquedas tenían otros fines. Este hombre, con numerosas denuncias por maltrato y quebrantamiento de la distancia a las víctimas —su expareja e hijas— ha sido detenido, según Fiscalía, hasta en 10 ocasiones, y sigue en activo y con responsabilidades en la policía granadina.

Fue en julio de 2023 cuando la entonces expareja del subinspector lo denunció por primera vez por violencia de género. En septiembre del año anterior se habían separado. Ella, psicóloga, veía en él comportamientos extraños y muchos celos. La situación llegó a un punto insostenible en casa y tomaron rumbos diferentes. Lejos de iniciarse un periodo de tranquilidad, la situación empeoró para la madre y sus dos hijas, ahora con 16 y 20 años. La víctima, identificada como de riesgo alto en el sistema VioGén, lo denunció por violencia machista. La jueza de Violencia sobre la Mujer número 2 de Granada acreditó que él se había dirigido a ella diciéndole “eres una puta” o “soy capaz de matar” y que había accedido al ordenador y al teléfono de ella, copiando la información que había querido.

La jueza dictó una orden de alejamiento inicial de 200 metros. Numerosos quebrantamientos de esta orden aquel verano, el de 2023 —hasta tres veces en una semana— , llevaron a la jueza a aumentar la distancia a 500 metros y a controlarla con el sistema COMETA, que impone un dispositivo GPS para él y un móvil de referencia para ella. Además, la jueza impuso al padre el pago de 650 euros para la manutención de las niñas, concedió la guardia y custodia a la madre y, finalmente, suspendió la posibilidad de que el padre visitara a sus hijas.

La mujer intuía que su expareja tenía información privilegiada de todos sus movimientos, algo que solo podía conseguir a través de esas consultas no autorizadas. Presentó una denuncia a partir de esa intuición y la investigación de la Guardia Civil corroboró esos 48 accesos sospechosos entre julio de 2023 y septiembre de 2024 y presentó denuncia ante el juzgado, de la que se ha derivado la declaración de estos cuatro agentes.

Según explica la víctima, su expareja se enfrenta en la actualidad a 10 procedimientos distintos relacionados con ella por maltrato, abono de manutención, seguimientos ilegales, entrada ilícita en su vivienda, etc. El juicio principal, el de maltrato, aún no tiene fecha designada. Sí tiene, en cambio, escrito de acusación de la Fiscalía que pide un total de seis años y diez meses de prisión para él por violencia habitual y maltrato psíquico. La petición de la agredida supera los 10 años de cárcel.

El acceso a VioGén no es la única presunta revelación y descubrimiento de secretos investigado. Los casi siete años de prisión que pide la Fiscalía incluyen dos y medio por esos delitos, cuyo origen es la supuesta instalación por el agente de un GPS en el vehículo de su exmujer para conocer dónde se encontraba en cada momento. También accedió y sustrajo datos de su móvil y su ordenador.

En estos casi dos años, la mujer ha denunciado en numerosas ocasiones el quebrantamiento de la distancia de alejamiento y también sus sospechas de que él ha entrado en las dos viviendas que posee. Contó en la denuncia que al llegar a casa encontraba cuadros movidos, relojes retrasados o la luz cortada, y que creía que eran señales que le dejaba para que se sintiera amenazada. Siete veces, ha contado ella, ha tenido que cambiar ambas cerraduras.

De todas estas denuncias en estos años han surgido hasta 10 detenciones, según escribe la Fiscalía en su escrito de acusación para ese juicio sin fecha. Es en ese escrito donde quedan también acreditadas para el fiscal frases como: “Te voy a arrancar la cabeza, te meto una hostia”. También relata el fiscal en su escrito fechado en noviembre del año pasado “conductas de control, debido a su carácter machista y celoso como agresiones físicas, empujones, golpes en la cabeza, agresiones tanto físicas como psíquicas a sus dos hijas”.

El sistema COMETA, destinado a proteger a las víctimas, es usado con frecuencia por los agresores para acosar a las mujeres. No es raro que ellos usen las alarmas del sistema –que se activa cuando se acercan a la víctima más de lo permitido– para asustarlas. En el caso de este policía, un extenso informe de la Guardia Civil de más de 60 páginas recuenta numerosas “entradas en la zona de exclusión” y pérdidas de la señal del dispositivo que no se recuperan hasta varias horas después. Por todo esto, los abogados de la víctima han solicitado en tres ocasiones, sin éxito, el ingreso de este hombre en prisión que, a día de hoy sigue desempeñando su labor policial con normalidad.

Y la violencia de género es solo uno de los frentes judiciales abiertos para este policía. Hace unas semanas, agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional, (UDEF) entraron en la sede de la Policía Local granadina por un presunto delito de amaño en las oposiciones. Uno de los investigados es este agente. Y esta causa podría estar relacionada con las entradas al Sistema VioGén de sus compañeros. Según fuentes cercanas al caso, el denunciado podría haber estado usando lo que sabía de los presuntos amaños como palanca para convencer a sus compañeros de que le buscaran información en VioGén o, quizá, le dieran las claves del sistema. Será también la jueza quien determinará esta cuestión.

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.

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Sobre la firma

Javier Arroyo
Periodista. Estudié Filología Inglesa en la Universidad de Sevilla e hice el Máster de Periodismo de EL PAÍS/UAM. Publiqué mi primer artículo en EL PAÍS el 14 de julio de 1999. Estuve unos años y me fui a hacer otras cosas. Volví como colaborador desde Granada en 2016 y aquí sigo.
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