Las técnicas de ingeniería genética abren nuevas vías en la lucha contra el sida
La lucha contra el sida ha hecho suyo, con la ayuda de la pujante ingeniería genética, un viejo proverbio: "Si no puedes con tu enemigo, únete a él". Un equipo de la Universidad de Washington ha desarrollado una innovadora técnica experimental que, en lugar de seguir las actuales estrategias de desactivar la proteasa del virus (proteína responsable de su multiplicación), prefiere engañarla con una trampa genética (la introducción de un gen manipulado). De esta forma, la proteasa deja de trabajar para el virus y desencadena el suicidio de la célula infectada. Es decir, el virus es forzado a matar a la célula que le cobija. Los investigadores hablan de un caballo de Troya genético.
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