Caldos de campanillas para las campanadas
Siempre es un despropósito gastronómico no elegir unos vinos adecuados para una cena de campeonato como la propuesta. La riqueza vinícola del país en los últimos tiempos hace muy difícil esta tarea, por exceso de calidad. Y echando el ojo a denominaciones, zonas vitivinícolas y caldos sin apelación y poco conocidos se puede gozar de una relación calidad-precio excelente. En el festín de Nochevieja se puede tirar un poco la casa por la ventana, pero sin locuras de nuevo rico. Simplemente seguir la rotunda frase de Raspail: "Por muy pobres que seáis, hacer unas economías para proveeros del vino que merezca este nombre". En los aperitivos parece obligado comenzar por un fino clásico, como es La Ina (850 pesetas) o, si se buscan sensaciones más complejas, un singular palo cortado como el Capuchino de Osborne (7.000). Con pescados y mariscos se puede optar por un txakoli. Conocidos de sobra los de Getaria, en esta ocasión cabe decantarse por algo menos conocido y de plena actualidad: el txakoli Aretxondo (Bion-Etxea Mahastia) del 97 (1.000 pesetas). No menos de moda están los blancos chardonnay, con crianza y fermentados en barrica, de múltiples denominaciones y zonas: Navarra, Penedés, Valdeorras, Rueda, etcétera. Rompiendo los moldes de la denominación Rias Baixas, con sus archifamosos albariños, jovenes y afrutados, está el extraordinario monovarietal de crianza en barrica 1.583 Albariño de Fefiñanes del 95 (2.000 pesetas). Los tintos En cuanto a tintos, se pueden destacar dos opciones bien diferenciadas: el Finca Valpiedra 94 reserva (2.100) de Rioja Alavesa es, además de una de las estrellas de la Bodega Martinez Bujanda, un caldo significativo de las nuevas corrientes riojanas. Otro vino de campanillas de la emblemática bodega navarra Chivite es el tinto gran reserva Colección 125 Aniversario del 92 (3.500 pesetas). Para los postres se ha seleccionado un vino dulce de esta misma bodega navarra: Colección 125 Aniversario moscatel del 96, un vino de grano menudo y de vendimia tardía (2.200 pesetas). Increíble el precio (1.300 pesetas) de un dulce generoso de tanta calidad como el Gran Barquero Pedro Ximenez de la denominación Montilla-Moriles. Y con las 12 uvas, qué mejor que un gran cava de fina burbuja como el Castell de Villarnau Brut Nature 93 (1.300) que a las típicas variedades de macabeo y parellada le suman una leve pincelada de la elegante uva chardonnay.
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